¿Ramón Franco fue realmente masón?

El caudillo persiguió con celo esa asociación durante años, pero quizá no siempre utilizó el mismo rasero; sobre todo, si el castigado debía ser su hermano.

No pocos historiadores y apasionados de la reciente Historia de España en general han dado por hecho que Ramón Franco Bahamonde, el hermano republicano del caudillo, era masón hasta el tuétano. ¿Pero existen en realidad pruebas fehacientes de su pertenencia a la masonería...? Hoy ya podemos afirmarlo con documentos en la mano. Mientras investigaba en su día en el Archivo General de la Guerra Civil Española, en Salamanca, descubrí el expediente inédito de Ramón Franco –el número 7.266–, clasificado, naturalmente, como «secreto».

Paradojas de la Historia: todavía en septiembre de 1943, cinco años después de su trágica muerte en ¿accidente? aéreo, minutos después de despegar de la base en Palma de Mallorca, Ramón Franco seguía perteneciendo oficialmente a la masonería. El vocal-ponente del Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo así lo hacía constar a su presidente el día 20 de septiembre de aquel mismo año.

El documento, datado en Salamanca, es una joyita. Dice así: «Excmo. Señor: Adjunto tengo el honor de remitir a la respetable autoridad de V.E. el expediente relativo a Ramón Franco Bahamonde, el cual va documentado con certificado de antecedentes masónicos expedido por la Sección Especial de los que del expediente obran en el Archivo de la misma. Dicho individuo no ha presentado hasta la fecha la declaración de retractación prevenida. Dios guarde a V.E. muchos años». ¿No resulta increíble que siendo ya entonces Francisco Franco jefe del Estado español y Generalísimo de los Ejércitos llegara a tramitarse ese documento sobre su propio hermano, fallecido cinco años antes en acción de guerra?

En el expediente masónico de Ramón encontramos este otro legajo de José Gómez Hernández, Jefe de la Sección Especial de la Delegación del Estado para la Recuperación de Documentos, donde informa sobre sus antecedentes, iniciado en la logia Plus Ultra, llamada curiosamente del mismo modo que el hidroavión a bordo del cual cruzó el Atlántico Sur en 1926.

Fechado el 20 de septiembre de 1943, el legajo pone de manifiesto lo siguiente: «El Gran Consejo Federal Simbólico dirige un escrito particular desde Sevilla, con fecha 28 de marzo de 1931, a D. José Navarro Díaz, en Larache, en el que entre otros particulares, dice: “Comandante Franco: Según noticias que tiene la Regional del Centro de España fue iniciado en la logia Plus Ultra de los Valles de París. Tenía terminado el expediente de iniciación en la logia Concordia de los Valles de Madrid».

En escrito de la Gran Logia Regional del Centro de España, dirigido con fecha 10 de abril de 1931 al Gran Consejo Federal Simbólico, aparece el movimiento de talleres de dicha Regional, habido desde el día 1 de enero al 31 de marzo de dicho año figurando entre otros extremos, Ramón Franco Bahamonde, propuesto para ser iniciado en la logia Concordia.

La logia América nº 16 de los valles de Mérida, Yucatán (México), dirige, con fecha 26 de enero de 1934, un escrito a la logia Perseverancia nº 70 de Larache, en el que, entre otros particulares, manifiesta que tuvieron el honor de recibir en su seno al querido Ramón Franco, figura altamente significativa no solo como miembro de la Orden de ese Ort:, sino que también uno de los obreros luchadores en esa Madre Patria Española de instituciones societarias que tiendan al mejor entendimiento de la humanidad.

Con fecha 2 de marzo de 1934, y 8 del mismo mes y año, La logia Perseverancia comunica a la logia América nº 16 la satisfacción que les ha producido la buena noticia del hermano Ramón Franco y agradece los favorables juicios respecto a la obra que la familia española masónica realiza.

Existe un folleto de la logia Plus Ultra de los Valles de París remitido a este organismo por la Segunda Sección del Estado Mayor del Cuartel General del Generalísimo, con fecha 10 de julio de 1939, en el que aparece como miembro de dicha logia Franco (Ramón), aviateur, 4, rue León-Delhomme, París-15e».

Con razón, el general Alfredo Kindelán consideraba, terriblemente enojado, cómo era posible que Franco hubiese perdonado por su cuenta y riesgo a Ramón los delitos por los que otros «Jefes, Oficiales y Clases de Aviación», en sus propias palabras, habían sido pasados por las armas. Y uno de esos gravísimos delitos, castigado entonces con la pena capital, era precisamente la pertenencia de Ramón Franco a la masonería que con tanto celo había perseguido el caudillo en otros casos. La verdadera explicación de tan increíble absolución sigue siendo hoy un gran misterio.