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Rodrigo Sorogoyen: «Existe la industria del cine, lo que no hay es dinero»

El realizador revelación de «Stockholm» ha levantado un gran debate sobre el cine de bajo presupuesto
larazon

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La entrevista requiere de cierta liturgia que se complica cuando el entrevistado te invita a su casa, pero resulta aún más perturbador al tratarse ésta del set de rodaje de la película (es lo que tiene rodar con 13.000 euros) que ha llevado a Rodrigo Sorogoyen a todas las entregas de premios cinematográficos de este año, «Stockholm», protagonizada casi únicamente por Aura Garrido y Javier Pereira, que interpretan a dos desconocidos que ligan durante una madrugada de fin de semana y deciden pasar la noche en casa de uno de ellos. Así que uno acaba husmeando en cada rincón con afán de portera para tratar de reconstruir las secuencias mentalmente en los escenarios reales. La charla acaba celebrándose en la cocina con el entrevistado caminando entre sus muebles (que para eso está en su casa)... Ha sido uno de los protagonistas de estas últimas semanas, también porque la gran repercusión del filme ha propiciado un debate sobre si este modelo de producción (conseguir la financiación, escasa, a través de crowdfunding y después capitalizar el sueldo de los actores y técnicos, es decir, no cobrar y fiarlo al éxito comercial del largometraje) perjudica al resto de la industria.
-Su película viene a demostrar que el «chico conoce chica» sigue dando juego después de tantos siglos...
-Sí, pero estábamos empeñados en darle una vuelta de tuerca para sorprender.
-Es una cinta escrita a cuatro manos (las suyas y la de Isabel Peña ) para un actor y una actriz. La repartición por géneros parece clara...
-Por inercia acabó siendo así. Elegí deliberadamente a una mujer como coguionista para intentar ser lo más equilibrados posible. Un filme como éste escrito por dos hombres hubiera sido muy incompleta.
-¿Cuándo empezó a barruntar que «Stockholm» iba a tener largo recorrido?
-Soy un poco tonto para eso. Pero sí me di cuenta de que gustaba mucho en el Festival de Málaga, que es un certamen en el que suelen interesar otras cosas. Aun así ,preferí ser cauto, pero, poco a poco, vi que también le interesaba a la crítica. Luego, por ejemplo, triunfó en un pase para personas de 70 años y entonces comprendí que no era una cinta generacional como habíamos previsto. Por un lado, se sorprenden de ver cómo funcionamos nosotros y, por otro, creo que se dan cuentan de que la cosa no ha cambiado tanto.
-Es muy crítico con su generación, con el individualismo y con la violencia en las relaciones... ¿cómo lo han recibido?
-El problema es que la gente de mi generación no va al cine. Los pocos de este rango que la han visto disfrutan. Hay una primera parte muy agradable, pues aún no surge la violencia. Opino que pocas películas han contado de forma tan detallada qué pasa durante una noche cuando dos personas se conocen. Y en la segunda mitad, cuando se producen las situaciones incómodas, también se ven reflejados y, además, ya están enganchados.
-La película ha levantado un debate dentro de la industria sobre el cine «artesanal» o «low cost». ¿Se dio por aludido?
-No me sentó bien, pero intento ver qué parte tienen de razón. Veo que hay gente que se siente amenazada. El cine de bajo presupuesto siempre ha existido y ha dado algunas grandes películas. Ahora, yo soy el primero en criticar que no se cobre por rodar. Nosotros hemos hecho esto por ganas y se lo recomiendo a todo el mundo que tenga una historia que contar porque es la forma de que el cine crezca, pero no repetiríamos (no el crowdfunding, sino el rodar sin cobrar). También es cierto que disfrutamos de una libertad (rica y necesaria) que los grandes directores no poseen, ya que , si quieren estrenar, deben cumplir con ciertas reglas, sobre todo, de las televisiones.
-Conoce bien la televisión como medio, pero parece un poco peleado con el modelo productivo en cine que proponen las cadenas...
-Solo he estado en una productora, que ha hecho series como «Frágiles», «La pecera de Eva» e «Impares», con las que disfruté y aprendí mucho. Y me cabrea el «low cost» en televisión. En cine lo veo necesario, pero en televisión es una sinvergonzonería. A cambio, pudimos innovar y había mucha improvisación. En cuanto al modelo que imponen en el cine, no me gusta. No diría que no a una película de cuatro millones de euros, pero sé que me tendría que pelear para que no la protagonizara Mario Casas o Hugo Silva.
-Es curioso que hable de las imposiciones de la industria cuando el gran debate en España es si existe o no...
-Es así. Son las televisiones las que tienen la riqueza e imponen su criterio. No es que no exista industria, lo que no hay es dinero.
-Hay algo muy de su generación en la película: el exhibicionismo (rodar en su piso, con su compañero de piso...).
-Es cierto, somos una generación exhibicionista, aunque yo no tengo Facebook ni Twitter y trato de no serlo. No quería rodar en casa , pero con el presupuesto que teníamos no encontramos una localización estéticamente mejor.
-¿A qué cree que se debe haber estado nominado como mejor película (y vencido) en los premios de la prensa y no en los de la Academia?
-Lo veo lógico. Estos cambios son muy lentos y ni siquiera nos lo planteamos. A lo mejor, gracias a esto, la próxima vez que surja un proyecto así de pequeño se atreven. Si alguien podía hacerlo es la crítica. Y prefiero que le guste a la Prensa que no a la Academia.
-De haber subido al estrado a recoger el Goya al mejor actor revelación, ¿se habría acordado de Wert?
-No me gusta repetir las cosas y ya estaba dicho. No habría sido un discurso agresivo. Aun así, me da pena de que no me indignen cosas como la ausencia del ministro.
-Javier Pereira sí lo logró (mejor actor revelación), pero el papel de Aura Garrido, que no fue premiada, ha sido uno de los más alabados del año...
-El Goya de Pereira lo siento un poco mío y el trabajo de Aura Garrido también, aunque soy consciente de que ella es muy bestia. Resulta increíble que con 24 años haya estado ya dos veces nominada como mejor actriz protagonista.
-Asegura que rodó una película tan barata para poder seguir haciendo cine. ¿Lo va a lograr tras tanta repercusión?
-Me gustaría no gafarlo, pero creo que sí. Espero rodar una película policiaca. No tendrá que ver con las relaciones personales, pero sí con la violencia.