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Spike Lee desafía a Trump y al Ku Klux Klan

larazon

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La pintura se reveló como arte clásico cuando dejó de imitar la realidad y empezó a reflejar narraciones históricas, legendarias y mitológicas, convirtiéndose en depositaria de las diferentes memorias colectivas de la sociedad, que antes eran nacionales y ahora son más bien globales y universales. El cine principió tanteando sus posibilidades creativas y descriptivas, al igual que toda expresión nueva, y solo después comprendió la fuerza del recuerdo o la reflexión, perfilándose como motor moral, oposición de poder o denuncia de injusticias. Estados Unidos, que es un país donde el rostro de la libertad se codea con el de las ideologías de peor raigambre, ese de expresiones anacrónicas y obsolescentes, en abundantes ocasiones ha recurrido a Hollywood para hacer propaganda y patria, que ahí está, para corroborarlo, toda esa cinematografía bélica sobre la Segunda Guerra Mundial que animaba a la ciudadanía a combatir el nazismo, que fue su primer rival internacional. Luego, el auge de su poder iría también ampliando la baraja de enemigos, que es lo que tiene creerse amo del mundo. Pero la gran pantalla también ha servido para airear atropellos múltiples, desde aquello de Vietnam hasta los infinitud de abusos de los monopolios. Spike Lee ha trabado un cine que intenta aunar el entretenimiento con la delación de las diferentes fallas sociales que fragmentan su país, y en esa línea viene ahora a estrenar «BlacKkKansman», que es la recuperación/reivindicación de esa épica que resultó la vida de Ron Stallworth, el primer poli negro de Colorado Springs, que logró infiltrarse en el Ku Klux Klan (y no es broma) durante la década de los setenta. Spike Lee, que es un tipo al que no se le calla con mordazas de ningún tipo, viene así a llamar a la puerta del pasado, en vez de recurrir a la ficción, demostrando de esta manera que la conciencia de un Estado son los méritos y las hazañas de sus ciudadanos. El realizador parece entender que los desafíos del futuro solo pueden encararse con la energía ética que han legado los héroes de antaño. Con esa premisa saca una cinta con la que pretende desafiar a Donald Trump, ese inquilino incomprensible de la Casa Blanca, y retarle a ver lo que se niega a mirar, aunque ahí comete en el error común de pensar que la razón puede imponerse a los prejuicios.
En noviembre, coincidiendo con el estreno de la película en España, la editorial Capitán Swing editará el libro en el que se basa este filme.

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