Tate-Polanski, el desnudo que despidió una década y anticipó una tragedia
David Bailey, autor de la instantánea, era junto a la famosa pareja la personificación de los «swinging sixties». El mismo año en que realizó la fotografía, Sharon Tate, embarazada de ocho meses, fue asesinada por la secta de Charles Mason
David Bailey, autor de la instantánea, era junto a la famosa pareja la personificación de los «swinging sixties». El mismo año en que realizó la fotografía, Sharon Tate, embarazada de ocho meses, fue asesinada por la secta de Charles Mason
Roman Polanski y Sharon Tate se casaron en el Chelsea londinense en enero de 1968. Ella lució un minivestido de seda y flores en el pelo; un «look» que resumía el espíritu de los sesenta. Celebraron el enlace esa tarde en el Playboy Club de Mayfair, con champán servido por camareras disfrazadas de conejitas y acompañados por amigos como Michael Caine y Joan Collins. Para rematar la fiesta, se fueron a un concierto de The Supremes. El director y la actriz eran una de las grandes parejas del Swinging London, un dúo que representaba la revolución cultural de mediados de la década. Habían coincidido en el 66 en el rodaje de «El baile de los vampiros», que él dirigía además de interpretar a un personaje que estaba enamorado del de Tate.
El fotógrafo David Bailey, buen amigo de Polanski, ha dicho que cree recordar que fue él quien le presentó a la actriz. El cineasta, por su parte, le había insistido un año antes en que se iba a enamorar de una francesa con la que estaba rodando «Repulsión». Catherine Deneuve y Bailey estuvieron casados durante siete años. «Un día me llamó desde París y me dijo: “Bailey, hoy nos divorciamos”. Y yo le dije: “¿Sí? Genial, ahora podemos ser amantes”», recordó en una reciente entrevista el fotógrafo. La suya fue una carrera meteórica que creció a la par de la de los músicos, cineastas y modelos a los que retrataba, especialmente los Rolling Stones, de cuyo éxito fue el gran cronista visual.
En 1969, cuando Polanski y Tate posaron desnudos para él, Bailey era tan mítico como sus modelos. De hecho, ya había inspirado a un personaje de ficción, Thomas, el fotógrafo protagonista de «Blow-Up», la adaptación de Michelangelo Antonioni de «Las babas del diablo», de Julio Cortázar, que se llevó la Palma de Oro en Cannes en 1966.
«Goodbye Baby & Amen»
El retrato de los recién casados, como los que Bailey realizó de Michael Caine, Mia Farrow, David Hockney, Man Ray y tantos otros, todos ellos en blanco y negro y bastante sencillos, definieron un tipo de fotografía honesta y natural que rompía de manera brusca con los montajes del hasta entonces preferido por las revistas, Cecil Beaton, y que en cierto modo transmitía el ritmo acelerado en que se vivían aquellos años.
Tomada apenas unos meses antes de que Tate fuera asesinada por miembros de la secta de Charles Manson, en la famosa imagen que les hizo Bailey ella aparece de perfil, abrazada al cuello de su esposo. Polanski, también con el pecho desnudo, la rodea con sus brazos. Ambos miran de frente a la cámara.
La imagen se subastó en Christie’s en 2009 por 11.000 dólares, pero mucho antes, el mismo año en que fue tomada, pasó a formar parte de «Goodbye Baby & Amen», una especie de oda y despedida a la década que había visto explotar a Tom Stoppard, Bill Brandt, Fellini, Godard y Jagger.
Peter Evans, autor de los textos del libro, se refiere a los retratados por Bailey como «el elenco original de personajes, las estrellas y casi estrellas, los actores secundarios, los que apostaban, los ganadores y los terribles perdedores», cuyos mejores años habían sido los entonces languidecientes sesenta.