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Artaud, pura crueldad

El Español estrena «Los Cenci», inspirada en un hecho atroz del siglo XVI
larazon

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Además de extasiarse ante los monumentos y el paisaje del país de Tiziano y Giotto, Stendhal dio cuenta en sus «Crónicas italianas» del reverso negro de tanta belleza. Uno de aquellos episodios fue el que protagonizó Francisco Cenci. O lo que quedó de él. Descrito por Stendhal como un hombre cruel, el noble romano, que alimentaba un odio incomprensible hacia su prole –no se cansaba de repetir en público cuánto deseaba ver a sus hijos muertos–, violaba y maltrataba a su hija, Beatriz, y obligaba a su esposa, Lucrecia Petroni, a presenciarlo. Hartas de vivir en un infierno, Beatriz, descrita como bella, jovial e ingeniosa, y su madrastra, acabaron con el cabeza de familia en un baño de sangre que olía a justicia poética. Sin embargo, los poderes fácticos de aquel 1599 –léase la Inquisición, auspiciada en Roma por Pío V años antes– no entendían de justicia y sí de orden, y tras un proceso a las justicieras del que habló toda Roma, Clemente VIII dio con ellas en el suplicio. Beatriz tenía tan sólo 16 años cuando fue colgada. Con ella, murieron su hermano Santiago, golpeado hasta la muerte como cómplice, y su madrastra, decapitada. El pueblo de Roma salió a las calles a protestar contra lo que era, a todas luces, una sentencia injusta. P. B. Shelley –el poeta romántico y marido de la autora de «Frankenstein»– y Stendhal escribieron sobre este episodio, y a partir de sus textos, otro escritor atribulado publicó en 1935 la tragedia teatral «Los Cenci»: Antonin Artaud. Aunque han pasado casi siete décadas, la obra nunca se había estrenado en España. Es un texto escurridizo, impactante, como toda la creación del inventor del teatro de la crueldad. Esta semana, una producción ha levantado el telón en Matadero, con un reparto muy gallego que tiene a Celso Bugallo como el patriarca, a Celia Freijeiro en la piel de Beatriz y a Maru Valdivielso como Lucrecia, entre otros actores.
«Es una obra de una crudeza muy violenta», explica Sonia Sebastián, dramaturga –y socia de la sala Microteatro por Dinero– que ha adaptado el texto y dirige el montaje tratando de ser fiel a los preceptos de Artaud, quien buscó la experiencia sensorial por encima del texto, un retorno a la poesía en estado puro: habrá en este montaje pasos, gritos y luces, un laberinto de sensaciones. «Cuando Artaud (1896-1948) estaba preparando su teoría del teatro de la crueldad, ya estaba trabajando en este texto», explica la directora. De hecho, fue el montaje con el que fundó el Thèâtre de la Cruauté, y en la que el propio poeta y dramaturgo interpretó a Francisco Cenci. Sin embargo, el estreno fue un fracaso, tanto que arruinó al autor, lo sumió en una depresión y precipitó su internamiento, desde 1937 hasta 1946, en un centro psiquiátrico.
Además, explica Sebastián, la historia sigue plenamente vigente: «Todo se puede trasladar a la actualidad: la historia, el poder, la corrupción... No he enmarcado la obra en el siglo XVI, es un montaje muy actual en la escenografía y el vestuario. Es una puesta en escena anacrónica, porque la obra tenía mucho que ver con lo que está sucediendo hoy».
Dnde: Teatro Español. Madrid.Cuándo: hasta el 3 de marzo. De martes a domingos.Cuánto: De 5 a 22 euros. Tel. 91 360 14 80.

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