Boadella tiene su propio Ubú

La compañía Gataro homenajea al director y sus Joglars en «Ubúadella»

¿Qué es más fácil para el hombre, reír o estornudar? El sabio Georg Christoph Lichtenberg se hacía esta pregunta en el siglo XVIII y tenía su razón de ser. Por ejemplo, existía el célebre bufón Bagdemagust, que en una de sus mofas al rey Agravein de Bretania consiguió que todos se muriesen de un estornudo, menos dos gatos, que se murieron de risa. No hay crónicas, porque todos murieron, pero así reza la leyenda porque los cuerpos encontrados tenían los ojos cerrados, los labios salidos y la nariz tan levantada que un cerdo los vio y pensó, «cerdos».

En el siglo XIV, los bufones de todos los reinos europeos contaban la célebre historia del bufón Bagdemagus y su capacidad de burlarse de los poderosos hasta hacer estornudar a cualquiera. Bufones interpretando a bufones, esa se convirtió en la máxima farsa y el entretenimiento consiguió la cuadratura del círculo.

La compañía Gataro recupera esa tradición perdida en «UBÚadella» una farsa en la que Albert Boadella y Els Joglars se convierten en la punta de lanza de una obra que es homenaje, que es reverencia, que es admiración y, por supuesto, también burla. Como hiciera Boadella con Pujol en «Ubú President», con Dalí en «Daalí» o con Josep Pla en «La increíble historia del Dr. Floit y Mr. Pla», la compañía Gataro coge la figura de Boadella y la deconstruye hasta el delirio, siempre bajo la inspiración del gran «Ubu Rey» de Alfred Jarry. «No hemos querido hacer una caricatura, ni explicamos la historia de Els Joglars, pero sí pensábamos que Boadella merecía su propio Ubú», comenta Víctor Álvaro director y dramaturgo de la pieza.

El Almeria Teatre acoge el estreno de esta pieza de nueva creación llena de humor y sátira que nos presenta a UBUadella, alto personaje de Iberia, donde ostenta un importante cargo en un equipamiento cultural público, quiere volver a su Polonia natal, obsesionado con saber la opinión que tienen de él los poloneses, sus anteriores súbditos. Referenciaa a «La Torna», a su relación con Esperanza Aguirre, a su puesto como director del Teatro del Canal o su autodescrito exilio en Madrid, la obra traza un retrato grueso de Boadella, con toda la alegría surrealista y vitalidad que desprende la compañía siguiendo los pasos de «Ubú Rey». «No hemos hablado con Boadella, pero seguro que lo sabe. Es una sátira blanca, sin ningunas ganas de ofender. Es un homenaje y, como dice el propio Boadella, quién no se ríe de uuno mismo cae en la dictadura.

Álvaro se pone en la piel de Boadella y junto a él aparecen Frank Capdet, Gemma Deusedas, Savina Figueras y Tono Saló, en un vibrante montaje.