El dolor de las víctimas del terrorismo sube al escenario

El dolor que ha dejado el terrorismo en la sociedad vasca llena la madrileña Sala Kubik Fabrik. Después de viajar duante un año por todo el territorio nacional y tras su estreno el 30 de mayo en Madrid y cuatro días de lleno repite función desde hoy hasta el domingo.

Proyecto 43-2 narra la vuelta a casa del hijo de una víctima del terrorismo en el décimo aniversario de su asesinato. Presos de la tensión, los cinco actores ponen sobre la mesa discursos desde las distintas perspectivas ideológicas del País Vasco. Durante aproximadamente una hora el teatro se inunda de las sensaciones y los sentimientos que asisten a una viuda tras el asesinato de su marido: el dolor, las lágrimas, el sentimiento de persecución, de lo justo y lo injusto...

Tras la representación el equipo artístico entabla un coloquio con el público, a modo de celebración, y la compañía comparte con los espectadores el marmitako cocinado durante el transcurso de la obra junto con sidra de Astigarraga (Guipúzcoa).

El Proyecto 43-2, nombre que nace de la reducción de las coordenadas geográficas del árbol de Gernika: 43,313-2,680 es el resultado de una investgación basada en la realización de entrevistas a varios protagonistas pertenecientes a diferentes sectores de la sociedad del País Vasco. Su objetivo es utilizar el teatro como una herramienta de creación de comunidad y fomento de la cultura de paz en defensa de los Derechos humanos desde la base creativa. El proyecto, cuyo equipo ha trabajado recientemente con la Dirección General de Atención a las Víctimas del Terrorismo del Ministerio del Interior nació en el departametno de humanidades de la Universidad Carlos III de Madrid cuyo máster oficial cursó su productora y actriz, María San Miguel. La compañía, de nueva creación, está compuesta por Ruth Cabeza (Bilbao), Aurora Herrero (Madrid), Txus Pellicer (Pamplona), Pablo Rodríguez (Valladolid) y María San Miguel (Valladolid).