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El Shakespeare que cuestionó a Enrique VIII

Townsend estrena en Almagro «Tomás Moro. Una utopía», la primera versión en español del drama sobre el pensador
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En el canon de Shakespeare, un autor del que se sabe tanto y a la vez tan poco, no entró oficialmente hasta mediados del siglo XX «Tomás Moro», obra encontrada en 1844 y estrenada en 2004 en el Globe por la Royal Shakespeare Company.
En el canon de Shakespeare, un autor del que se sabe tanto y a la vez tan poco, no entró oficialmente hasta mediados del siglo XX «Tomás Moro», obra encontrada en 1844 y estrenada en 2004 en el Globe por la Royal Shakespeare Company. Hoy casi todos los estudiosos están de acuerdo en que pertenece al autor de «Stratford upon Avon», al menos en una pequeña parte, pues fue escrita al alimón por varios dramaturgos. Aunque sólo algunas páginas lleven el sello de Shakespeare, «Tomás Moro» es un drama apasionante sobre el pensador que se opuso a Enrique VIII en el momento clave de la escisión anglicana de Roma. Un hombre íntegro y un gran pensador que pagó su entereza moral con la vida.
Ring de osos y perros
Nunca antes representada en España, levanta el telón en el Festival de Almagro el 5 de julio con una producción de Unir Teatro, la cátedra de Artes Escénicas de la Universidad de La Rioja. Para ello han contado con una experta directora, Tamzin Townsend, una adaptación firmada por Ignacio García May, que ha creado un personaje nuevo, el narrador, y un reparto que encabeza José Luis Patiño, como el osado teólogo, acompañado por Paco Déniz, Lola Corrochano y Richard Collins Moore, entre otros. La idea nació tras una clase magistral de Juan Mayorga sobre «Enrique VIII», otro texto shakespeariano sobre el mismo monarca, que estos días representa en Madrid la compañía Rakatá.
Explica Townsend que «es una obra en la que hay cincuenta mil personajes. Pese a ser de tantos autores, se nota quién está escribiendo en cada momento: Heywood, Dekker... García May ha hecho un rabajo impresionante para unir esas voces». La directora se lleva la acción a una especie de ring en el que en la época eran populares las peleas de osos y perros, y explica sobre el texto que explora facetas desconocidas del autor de «Utopía»: «Tomás Moro tenía una vida notoriamente púbica, pero era un hombre con un aspecto privado, con su familia y sus investigaciones. Necesitaba ese espacio, pero al ser quien era, y estar tan cerca del rey, estaba constantemente en el candelero». Y, recuerda Richard Collins-Moore, «era una autoridad que conectaba mucho con el pueblo». Con todo, y pese a que es una obra aparentemente escrita por «criptocatólicos» en la Inglaterra isabelina y anglicana –lo cual alimentaría la teoría nunca demostrada de que Shakespeare lo fue–, el actor advierte: «Enrique VIII no es esa grotesca caricatura que vemos en las películas». Lo corrobora Amestoy: «Era un hombre cultísimo, tanto que fue nombrado por Roma "defensor fidei", defensor de la fe, en sus primeros momentos», añade.
Tras los pasos de Zinnemann
Inspirada en una obra de Robert Bolt, «Un hombre para la eternidad"(«A Man for All Seasons», 1966), de Fred Zinnemann, es uno de esos filmes inolvidables, con un gran Robert Shaw como Enrique VIII y un enorme Paul Scofield como Tomás Moro. «Lo que cuenta "Un hombre para la eternidad"es realmente esto», asegura Townsend.