La bruja de la Abadía
José Luis Gómez relee en «Celestina» los aspectos menos conocidos de la obra de Rojas
Prácticamente un año lleva trabajando en «Celestina» –así, sin el artículo, se llama este montaje– el actor, director y académico José Luis Gómez para acometer esta producción conjunta del Teatro de La Abadía –que él mismo dirige– y la Compañía Nacional de Teatro Clásico. Un tiempo de investigación que le ha llevado a detenerse y ahondar en algunos aspectos no demasiado presentes en las lecturas que tradicionalmente se han hecho de este clásico de Fernando de Rojas. Por un lado, está el orden social, una variable que para Gómez queda neutralizada en esta historia que tiene como principal foco argumental las pasiones y los instintos humanos, en los cuales todos, a escala universal, parecemos estar bastante igualados, independientemente de géneros, estamentos y niveles culturales. Por otro lado, la fuerte presencia de la brujería en los hábitos y creencias populares deja de ser anecdótica en la historia amorosa de Calisto y Melibea para cobrar en esta versión un protagonismo absoluto, dado que, en confrontación directa con la razón y la virtud religiosa, a las cuales representa el personaje de Pleberio –interpretado por Chete Lera–, es la superchería lo que origina el conflicto fundamental entre los personajes y lo que viene a marcar su tragedia. Y para convertir sobre el escenario a esa bruja que es Celestina en el eje de toda la acción, el propio Gómez interpretará a la más famosa alcahueta de nuestra literatura, sometiéndose para ello durante una hora, antes de cada función, a un laborioso proceso de caracterización llevado a cabo por Lupe Montero y Sara Álvarez en el que el retrato que Picasso hizo de la taimada hechicera ha servido como fuente de inspiración.
- Un texto duro
Pero no sólo será ese reto interpretativo, con su llamativa transformación física, el único para este director que lleva años acariciando la posibilidad de llevar a las tablas la obra de Rojas. También hay en esta propuesta un intenso trabajo en el fondo y en la forma que empieza por clarificar y «musicalizar» un lenguaje que se inscribe en un estilo aún poco homogéneo –hay que tener en cuenta que «La Celestina» fue escrita a finales del siglo XV– y que se considera algo duro para un oído hecho al castellano de hoy.
Muchas preguntas sin respuesta
Una de las muchas incógnitas que envuelven la figura de Fernando de Rojas es el propósito que le llevó a escribir la que fue su única obra, la «Tragicomedia de Calisto y Melibea». Parece claro el carácter pedagógico de «La Celestina», pero con tan buena pluma forjó el autor toledano su artefacto que la literatura acabó soterrando cualquier enseñanza, a tal punto que hoy son muchas más las preguntas que se derivan de la obra y de sus personajes que las repuestas cerradas que da.
-Ficha
“La Celestina"
Teatro de la Comedia
Calle Príncipe, 14
Del 6 de abril al 8 de mayo
De 10 a 24 euros