Conciertos

Manel Fuentes: «A Springsteen le hace mucha gracia que sea un incondicional suyo»

Esta noche rinde tributo a «The Boss» con la The Spring’s Team Band en el teatro Nuevo Apolo de Madrid, donde plantea un espectáculo apto para toda la familia en homenaje al artista.

Manel Fuentes
Manel Fuenteslarazon

Esta noche rinde tributo a «The Boss» con la The Spring’s Team Band en el teatro Nuevo Apolo de Madrid, donde plantea un espectáculo apto para toda la familia en homenaje al artista.

La admiración que siente Manel Fuentes por Bruce Springsteen desde el primer día que lo conoció no es la de un fan cualquiera que compra todos sus discos, lo sigue en sus conciertos o lo sabe absolutamente todo sobre su vida. Lo suyo fue un flechazo tan fuerte que lo llevó, incluso, a fundar su propia banda para rendirle tributo, The Spring’s Team Band, con la que ya llevan 14 años actuando. Hoy lo hará en Madrid, en el escenario del teatro Nuevo Apolo. Acompañado de ocho músicos, promete «un concierto familiar con muchos guiños a los fans».

– ¿Cuándo vio a Bruce Springsteen por primera vez?

–En el año 88. Lo vi en directo y me enamoré. Me dije, vale, no hay nadie más en el mundo que pueda generar una vivencia de comunidad como lo hace este hombre en cuatro horas de concierto. Yo era muy joven y en aquellas canciones estaba todo, el amor, las frustraciones... era yo mismo. A partir de ahí me hice fan incondicional.

–¿Es su pasión?

–Sí, lo es. Desde entonces lo sigo por todo el mundo, lo he entrevistado dos veces, he utilizado su música en mis programas y cantamos muchas de sus canciones. Lo amo como artista.

–¿Lleva la cuenta de los conciertos que ha visto?

–Más de 100. Lo he visto en medio mundo, Europa, América... La lista es muy larga.

–Incluso creo que fue buscando sus orígenes.

–Hace bastante tiempo. De pequeño vivió en casa de sus abuelos en Freehold, New Jersey. Allí conecté con algún familiar, me enseñaron fotos...

–¿Cómo surge The Spring’s Team Band?

–Hace 14 años, aunque se sabe poco. Todo empezó cuando hacíamos la noche de Fuentes y Cía. Se llamaba la noche por «Night» de Springsteen, las ráfagas eran de él, pero la banda se cayó un año más tarde por recortes presupuestarios y el batería –que por cierto fue quien puso el nombre a la banda– en esos momentos ya tenía dos hijos. Entonces dije, tranquilos que esto lo sacamos adelante.

–¿Dio clases para educar su voz?

–Sí, empecé unas clases de canto que todavía necesito. Seguí con las de guitarra y un amigo que toca la armónica. Ensayábamos cuando podíamos y, poco a poco, fuimos preparando un repertorio.

–¿Y cuándo comenzaron a actuar?

–Lo llevábamos en secreto. Fue en 2002 cuando Fede Sardá, responsable de la sala Luz de Gas de Barcelona, me propuso actuar allí, pero poniendo tres condiciones. La primera que yo no cobraba, la segunda es que los músicos venían de Madrid con los gastos pagados, y la tercera que no habría «paparazzi» y, al final, podíamos beber gratis, lo que desde el punto de vista comercial era una ruina porque seguro que con esto de bebida gratis, Fede perdía dinero.

–Ahora son más profesionales.

–La cosa fue evolucionando y desde hace dos o tres años ya somos una banda muy profesional, con ocho músicos –nueve conmigo; sección de vientos completa, piano, violines, guitarras... Un repertorio de 70 temas controlados que vamos interpretando según cada concierto y según nos pide el público con sus cartelitos igual que el Boss.

–¿Resulta muy exigente?

–Mucho, son dos o tres horas de concierto. Yo me cuido, voy al gimnasio, entreno, pero a pesar de eso, física, vocal y musicalmente supone un gran esfuerzo.

Además de canalizar su admiración, ¿es también un divertimento?

–Total y absoluto. Yo digo siempre que es una reunión de fans para disfrutar juntos de su ídolo. Es como si fuera un «Tu cara me suena» monográfico durante dos horas donde hay un solo concursante que se pone a hacer de Bruce Springsteen. Nosotros lo que queremos es procurar el buen rollo y la comunidad que genera él, y encontrarnos todos sus admiradores. Una fiesta compartida, ésa es nuestra única pretensión.

–Y al final se queda a charlar.

–Sí, una de las cosas más chulas de los conciertos es cuando acaban. Yo me bajo y estamos charlando con el público de las canciones que más nos gustan, de las veces que lo hemos visto... Es algo importante en nuestras vidas y nos gusta compartirlo así.

–¿Cuáles son sus canciones favoritas?

–Hay muchas que me gustan especialmente, «Night», «Land of Hope and Dreams»..., pero mi favorita por encima de las demás es «Thunder Road».

–¿Conoce él este fenómeno suyo?

–Sí, por supuesto, y le hace mucha gracia. Siempre bromea cuando nos vemos. Me pregunta por la banda, me dice: «How are we?». Y yo le contesto: «Hago lo que puedo».

–Springsteen apoyó a Hillary Clinton. ¿Cómo habrá quedado?

-No puedo hablar por él, pero no la apoyó tanto. Es cierto que su familia vota siempre demócrata, cuando Hillary se enfrentó a Obama hubo unos vídeos de por medio. Ha sido a final de campaña cuando la ha apoyado públicamente.

–¿Es la primera vez que actúa en Madrid?

–No, aunque sí en un teatro. Éste es un espectáculo muy familiar, adaptado para venir con los niños, y así se lo pedimos. Como es jueves y al día siguiente hay cole, procuraremos acabar con tiempo de que puedan descansar. Venimos a Madrid con ilusión y ganas de compartir con público de todas las edades nuestra pasión por Springsteen con un repertorio que, incluso para quienes no sean muy fans, también lo van a pasar bien.