Más a lo loco que nunca
El Teatro Gaudí acoge una adaptación musical de la comedia «Con faldas y a lo loco» de Billy Wilder
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El Teatro Gaudí acoge una adaptación musical de la comedia «Con faldas y a lo loco» de Billy Wilder
Con faldas y a lo loco sería una forma espectacular de acabar esta tensa campaña electoral, con Rajoy, Rivera, Iglesias y Sánchez, pues eso, con faldas y corriendo dando cabezazos a una pandereta. Los indecisos ya sabrían lo que hacer, ver «Con faldas y a lo loco», de Billy Wilder, y constatar que el hombre sí que es capaz de cosas maravillosas.
Quien no le guste el cine, o la vida en general, y le dé pereza recuperar la célebre película protagonizada por Toni Curtis, Jack Lemmon y una espectacular Marylin Monroe, ahora puede entrar de una forma más moderna a esta historia con «Sugar. Ningú no és perfecte», musical basado en la clásica comedia.
El Teatre Gaudí acoge hasta el 31 de enero un ambicioso montaje que sube a escena a una veintena de intérpretes, incluyendo cinco músicos, para sumergirnos en la época de la Ley Seca, en la era dorada del jazz. Dirigido por Pau Doz, e interpretado por Beàlia Guerra en el papel que popularizó Marylin Monroe, así como Ivan Labanda y Xavi Duch como el dúo formado por Curtis y Lemmon, el musical es un espectáculo total, para toda la familia, que dejará con una gran sonrisa abierta a quien vaya a verla.
La adaptación para el teatro la realizaron los propios Billy Wilder y I.A.L. Diamond, en una producción que se estrenó en Broadway en 1972 y que nunca antes se había visto en Cataluña. La historia es la misma. Dos músicos en el punto más bajo de su carrera presencian por casualidad el famoso San Valentín Sangriento, un ajuste de cuentas entre mafiosos que dejó media docena de muertos. Descubiertos por los asesinos, su única vía de escape será disfrazándose de mujeres y aceptando entrar en una banda de jazz de chicas que empieza una gira por Florida. A partir de aquí, el juego de equívocos, al más puro estilo de las comedias del Siglo de Oro, hará que las risas estén aseguradas. «Es una comedia muy dinámica, una adaptación fiel de la película. El público saldrá con la misma sensación agradable que provoca ésta», comenta Doz.
La música, como no podría ser de otro modo, gana aquí mucho protagonismo, con grandes arreglos a viejos estándares de jazz, a un ritmo acelerado que acelerará las pulsaciones no sólo de los músicos, bailarines y actores, sino al público en pleno. La puesta en escena, con las gradas rodeando las cuatro esquinas del escenario, hará que los espectadores sientan que forman parte del atrezzo de la obra, como ver la película, pero desde dentro.
No ha sido fácil montar este musical, ya que levantar un espectáculo que incluya a 20 artistas sobre el escenario requiere una fuerte inversión. Sin embargo, el reto era demasiado apasionante para que sus responsables lo dejaran pasar. Ahora esperan que el éxito en Barcelona les abra las piezas para una gira por toda España. ya tienen una versión en castellano. «Es un bombón, una comedia que se representa por todo el mundo», dice Doz.