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Las Naves del Matadero presentan el primer Ciclo de Teatro Latinoamericano con tres países invitados: Uruguay, México y Argentina.
El Teatro Español ha puesto en marcha una propuesta ambiciosa de intercambio y colaboración entre el teatro que se hace actualmente en España y el que se está representando en Latinoamérica. Darán a conocer algunas de las últimas producciones de este apasionante panorama, que quieren seguir explorando a lo largo de otras temporadas venideras. Este primer año son tres los países invitados a mostrar sus creaciones en las Naves del Matadero: Uruguay, México y Argentina. «Carece de sentido que el teatro que hacemos aquí y el que se hace allá no dialoguen. Tenemos un idioma común para entendernos e infinitas formas de vivir y de reelaborar nuestras experiencias. Y esta aventura, esta indagación tiene que ser un camino de ida y vuelta», fundamenta Juan Carlos Pérez de la Fuente, director artístico del Teatro Español y coordinador de la propuesta. «Este ciclo nace con el objetivo de mostrar y poner en común lo mejor que se está haciendo en cada país. Saber que cada temporada va haber un ciclo cada vez más grande de intercambios escénicos, de proyectos de montajes y talleres en común con distintas compañías latinoamericanas. También pretende poner sobre las tablas a autores y textos significativos que hace tiempo que no se representan y son fundamentales en el repertorio español. Como “El cerco de Numancia”, que haremos coincidiendo con la muerte de Cervantes. O el proyecto de sacar el teatro Español a la calle por el Barrio de las Letras de Madrid con siete autores españoles. España es una potencia cultural y hay que reivindicar nuestro repertorio», apunta.
Con mucha rabia
Pero, ¿qué teatro se está haciendo en Latinoamérica? Para Pérez de la Fuente, «un teatro de mucha rabia, muy vivo, sin pudor, con una verdad que asombra. Al europeo le falta calle, vida... Ellos están revolucionando la dramaturgia contemporánea, la poética. Tienen fe en el teatro y necesidad. En Argentina, por ejemplo, se nota la herencia de Margarita Xirgú –de la que vamos a traer una gran exposición– y son varias salas las que llevan su nombre, y en México la de Max Aub. Yo creo firmemente que el futuro del teatro está en Latinoamérica, aunque hay que entender su variedad. Las distintas realidades sociales, políticas y artísticas hacen que haya diferentes escrituras dramáticas y formas de expresar el hecho escénico. Pero hay cosas en común, en su teatro hay una conexión con el ahora mismo, con la realidad cotidiana, pero llena de perfiles y de humor. El “Othelo” que traen los argentinos es un Shakespeare con humor. Una propuesta con frescura, viva y dinámica en la que se ríen hasta de su sombra. Además del idioma, a estos países les une su gran pasión y su curiosidad por la vida. Nosotros la tenemos por la política, pero ellos tienen ansias por vivir y buscar encuentros, de unir y no de separar». Con entusiasmo, Pérez de la Fuente afirma: «Están locos por venir a España y nosotros por ir allí».
Uruguay participa con «No daré hijos, daré versos», una obra sobre la poetisa modernista uruguaya Delmira Agustini (1886-1914), que marcó la vida cultural de principios del XX, y fue una de las fundadoras de la tradición más rica y singular de mujeres poetas de América Latina. Murió asesinada por su ex marido, víctima de la violencia de género. Está escrita y dirigida por Marianella Morena y consta de tres actos, tres lenguajes y tres puntos de vista. Seis actores que rotan roles y géneros. Representada del 5 al 8 de noviembre por Lucía Trentini, Sebastián Serantes, Laura Báez, Agustín Urrutia, Mané Pérez y Carlos Rompani. Para el director artístico, «un martillazo en la cabeza y una maravillosa sorpresa. Una mirada propia para descubrir la vida y los versos de la poeta uruguaya».
México, con Vaca 35, invita a participar de una «gastronomía escénica» con «Cuando todos pensaban que habíamos desaparecido», un rito de vivos y muertos. Un ritual entre dos regiones, cocina en tiempo real que configura un discurso con respecto a nuestro pasado inmediato y al encuentro entre dos culturas, México y España. Una celebración de vida. Los actores narran su historia personal a través de la historia de su comida. Se invita al espectador a la mesa de los recuerdos y ahí sucede un viaje que se cocina lentamente para conmemorar a nuestros muertos, consignar el pasado y celebrar la vida y el presente. «Un teatro ritual de vivos y muertos que tuvo España y ahora no tiene», apostilla Pérez de la Fuente. De creación y dramaturgia colectiva, está dirigida por Damián Cervantes y se representará del 12 al 15 de noviembre con Diana Magallón, Mari Carmen Ruiz, José Rafael Flores, Cristina Gamiz y Jorge Yamam.
Y en Argentina con «Othelo», de Gabriel Chamé. Una nueva mirada a Shakespeare. Un hilarante espectáculo en el que, según Chamé, «lo cómico es trágico y tan trágico que resulta cómico, o lo que somos capaces de hacer por odio y celos. Cuatro actores, especialistas en el teatro físico, el ‘‘clown’’ y el burlesco, interpretan la famosa historia del bardo en una puesta despojada de realismo. El verso blanco del maestro se enfrenta y se complementa en un lenguaje lúdico e hilarante. Trato de ahondar en las intenciones de los personajes a través del gag cómico, generando una ironía siniestra, así como investigar la relación entre lo trágico y lo cómico, como claves del teatro clásico y contemporáneo». Su representación será del 19 al 22 de noviembre con Matías Bassi, Julieta Carrera, Hernán Franco y Martín López.

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