Renacer de las «cenizas»

La modesta obra de Llàtzer García llegan al Fernán Gómez

después de acaparar en Barcelona un sonado e inesperado éxito

Precedido de un éxito en Cataluña tan notable como inesperado, habida cuenta de la modestia con la que el proyecto se ha ido fraguando, llega a Madrid «Cenizas», el montaje por el que la compañía Arcadia ha recibido el Premio de la Crítica Serra D’Or y el Premio de la Crítica de Barcelona en la modalidad de Mejor texto. La obra, escrita y dirigida por Llàtzer García, tiene un original punto de partida argumental: un joven recibe la triste noticia de que su padre ha muerto; pero, contra toda conjetura, actúa con tal indiferencia que incluso olvida comunicarle la noticia a su hermana, con la que comparte piso. A partir de aquí, el autor intenta reflexionar sobre los lazos paternofiliales y sobre cómo la incomunicación viene a determinar las relaciones entre las distintas generaciones que componen el núcleo familiar. Para el director, «el tema central de esta función reside en las propias preguntas que ese chaval se hace sobre sí mismo y sobre sus sentimientos: ‘‘¿Por qué no me afecta la muerte de mi padre?; si no me afecta, ¿por qué he de fingir que lo siento?’’ Él trata de ser consecuente con lo que piensa y siente; y eso, claro, hará que su comportamiento no sea precisamente el que se espera de un hijo».

La obra es la segunda de una trilogía que se inició con «La tierra olvidada» –y se cerrará con «Los niños desagradecidos»– y que toma a la familia cómo asunto fundamental a tratar, aunque enfocándolo desde perspectivas distintas y con personajes e historias diferentes. «Me di cuenta, cuando me puse a escribir esta obra, de que se parecía bastante a la anterior; y eso me preocupó –explica García–. Hablaba de lo mismo; con otro estilo, pero la temática era idéntica, y también lo eran las obsesiones de la pieza. Este hecho hizo que me sintiera mal dramaturgo (más de lo habitual), y que viera de modo preocupante mi falta de imaginación. Así que desistí y me centré en una obra que había empezado a escribir tiempo atrás. Entonces, de golpe, supe que también giraba sobre el mismo eje que las otras dos. ¿Y cuál era ese eje? La familia. Así las cosas, decidí regresar a «Cenizas» sabiendo que sería parte de una especie de trilogía acerca de las pequeñas sociedades en que se convierten las familias».

Y esa nueva mirada sobre el mismo tema se ha traducido también en una variación del tono empleado con respecto a la obra anterior. Si el sentimiento de rencor, la nota dominante en «La tierra olvidada», convertía aquella pieza en un puro drama, el humor –apreciado por crítica y público en Barcelona– se abre un hueco bastante amplio en «Cenizas». «La obra anterior era mucho más tremenda –explica su autor–. Yo diría que ‘‘Cenizas’’ es una tragicomedia; hay bastante humor, que nace de las observaciones y actitudes del protagonista en las situaciones más dramáticas. De tan sincero que quiere ser, y de tan excesivo que es, provoca risa con su comportamiento, porque es visto como un loco. Las situaciones son todas muy dramáticas, pero es verdad que en ellas el personaje mueve a la risa. Además, él es un chaval con bastante humor, y eso queda reflejado también en sus diálogos».

Marta Aran, Guillem Motos y Laura López conforman el reparto de esta historia de atmósfera urbana, rebelde e inconformista, cuya minimalista banda sonora ha sido compuesta expresamente para el montaje por The New Reamon.

- Dónde: Teatro Fernán Gómez. Madrid.

- Cuándo: del 24 de febrero al 20 de marzo.

- Cuánto: 16 euros.