Un cara a cara entre la Policía y los «indignados»
«El rey tuerto» llega al CNC-Mirador
¿Quién no se ha visto atrapado alguna vez en una situación incómoda en una cena? Esa ex novia a la que te ponen enfrente, ese tipo al que no soportas y te tiene arrinconado en una esquina... Aunque las encerronas pueden ser mucho peores. Imaginen: un mosso d'Esquadra y su novia reciben en su casa a una vieja amiga de ésta, con la que lleva años sin verse. Ella también viene acompañada por su novio, un joven al que le falta un ojo. El ojo que perdió por un pelotazo de goma... que disparó el anfitrión de la cena. «El rey tuerto», un texto escrito y dirigido por Marc Crehuet, ha sido una de las sensaciones del circuito teatral independiente de Barcelona y ahora llega al CNC-Sala Mirador de Madrid, esta vez en castellano, protagonizada por Xesc Cabot, Miki Esparbé, Alain Hernández, Ruth Llopis y Betsy Túrnez.
Crehuet subraya que escribió la obra en abril de 2012, «antes del incidente de Esther Quintana. Pero es que había habido otros casos: me inspiré en uno real, de un chico italiano que también perdió un ojo. Me impactó y me llevó a plantearme dudas. Después de un debate familiar me di cuenta de que las cosas no estaban nada claras».
Y asegura el director que, pese al tema, es «una comedia negra, una obra que pasa por distintos registros: empieza siendo una comedia costumbrista de parejas, más inofensiva, y se va oscureciendo». Si bien reconoce que, «desde el momento en que planteas una situacion así, evidentemente hay algo de crítica», lo primero que deja claro el autor es que aquí no hay buenos y malos: «Al escribir, me daba miedo hacer un panfleto y quería entender a todos los personajes, situarme en el punto de vista de todos. La obra no es maniquea». Y añade: «Mi intención era plantear preguntas que tienen que ver con el momento que estamos viviendo». Preguntas del tipo: «¿Cómo es una persona que se dedica a la violencia institucional o legal?, ¿cómo convive con ello en su día a día? A partir de ahí, surgieron una serie de dudas sobre hacia dónde se debe ir, cuáles son los cambios y cómo conseguirlos cuando las formas de protestar empiezan a no ser efectivas». Y explica: «El encuentro es el motor de una serie de cambios. La obra se pregunta: ¿Sería capaz el antisturbios de abrir la mente y reflexionar sobre lo que hace?