«Vooyeur», fuera preliminares
Patricia Jordá y Luis Andrés proponen un viaje sensual en cinco escenas
Pocas veces la intención de una obra ha sido tan clara, explícita y loable. «Que la gente se excite viendo estos ejemplos». El director de «Vooyeur», Luis Andrés, tiene claro que el texto de Patricia Jordá que estrenan en el Teatro Galileo, una pieza dividida en cinco encuentros sexuales, debe servir para derribar barreras y calentar al personal. «La gente piensa en la experiencia sexual más básica, la penetración. Sin embargo, me gusta una cosa que dice la autora, Patricia Jordá, que es terapeuta sexual: la palabra ‘‘preliminar’’ es un error. Todo, desde que comienzas a conocer a una persona, las conversaciones, las caricias, hasta el fin de un coito, es una experiencia sexual».
Carmen del Conte, Marta Flich, Alda Lozano, Yban Malo, Rodrigo Ramírez, Mario de la Rosa, José Ygarza y la propia Jordá protagonizan la obra. Ocho actores «que pueden erotizar fácilmente», sostiene el director, y que se reparten las escenas de la obra, representadas en varios espacios del Galileo: una oficina, el hall, un montacargas, un camerino... «Pequeños jardines», cuenta Andrés, «para colarnos donde casualmente hay unas parejas que se conectan, se escapan, y llegan a hacer del sexo algo divertido y, sobre todo, que no esperaban ni rutinario». Cinco encuentros sexuales de unos 14 minutos cada uno –en un caso habrá una versión masculina y otra femenina, y el público verá una u otra–, que el público recorrerá en grupos de unas treinta personas –en algunos tocará estar de pie, advierten esperando que no suponga una molestia– mientras una mujer, que se identificará como Lilith, la primera esposa de Adán, hace de maestra de ceremonias. Acompañados por ella, los espectadores aprenderán sobre una «sexualidad ideal», cuenta el director, aunque no le gusta calificar al montaje de didáctico. Es más una experiencia con la que disfrutar.
Quizá se estén preguntando hasta qué punto llega la cosa. Qué se va a ver exactamente. «Hasta donde el teatro y el buen gusto a nivel teatral nos permitan», tiene claro Luis Andrés, venezolano y joven, 29 años, de los que lleva diez en Madrid, que se declara «pudoroso». Y explica que «el teatro es una convencion, no podemos mostrarlo todo, pero sí jugar con las herramientas que tenemos para dar a entender estas cosas».
Las escenas quizá parezcan insólitas: «Es una obra dedicada a las parejas. Todas en el montaje son heterosexuales, pero puede dar ideas sobre cómo la sexualidad aparece en cualquier jardín». Así, nos muestran a un hombre solo en una oficina –una escena de doble cara en realidad–, a una pareja que se excita leyendo el «Cantar de los cantares» o a otra, formada por escritores, él y ella, que parecen estar peleándose con una distancia que esconde un deseo. «El objetivo es que, sin necesidad de un vestuario especial [se refiere a las elaboradas puestas en escena del bondage y otros fetiches] los espectadores se exciten viéndolo». Y asegura: «Yo lo hago dirigiéndoles, Y me basta con verles en ropa interior, escuchando su respiración rapida. Espero que el público, al estar tan cerca, sienta eso y se vaya a casa viviendo esa excitación». A ello ayudan los boleros que jalonan la pieza. Temas de cuando triunfaban los «tríos» –los de bolero, en este caso– que son «el vehículo perfecto para introducir a los personajes en una atmósfera de calor corporal». Y añade: «Es un ritmo sensual y creado en una época en que nunca se podía decir qué es lo que se quería».
DÓNDE: Teatro Galileo. Madrid.
CUÁNDO: del 16 de abril al 31 de mayo.
CUÁNTO: desde 20 euros. Tel. 91.448.16.46.