Thelma y Louise en versión gallega
Cristina Sánchez Andrade construye en «Alguien bajo los párpados» una «road movie» esperpéntica y tremendamente humana.
Cristina Sánchez Andrade construye en «Alguien bajo los párpados» una «road movie» esperpéntica y tremendamente humana.
«¿Qué se siente cuando uno se aleja de la gente y ésta retrocede en el llano hasta que se convierte en motitas que se desvanecen? Es que el mundo que nos rodea es demasiado grande, y es el adiós. Pero nos lanzamos hacia delante en busca de la próxima aventura disparatada bajo los cielos», escribe Jack Kerouac en la icónica «En el camino». Una cita que bien podría ser firmada a cuatro manos por Olvido Fandiño y su criada Bruna, las protagonistas de «Alguien bajo los párpados» (Anagrama), la nueva novela de Cristina Sánchez Andrade.
Estamos ante dos mujeres excepcionales. Dos ancianas de Santiago de Compostela que llevan juntas casi una vida, con una relación de amor-odio en la que, a la vez que discuten constantemente no pueden subsistir la una sin la otra. Un vínculo que la escritora afirma haber tenido muy presente durante bastante tiempo en su día a día. «Están inspiradas en mi abuela y en la muchacha que teníamos en casa. Aunque de manera muy cambiada, porque si hubieran sido igual de locas que mis personajes estarían en la cárcel», declara entre risas. «Tenían tanta confianza que se decían todo», continúa.
Enmarcada en el género de las «road movie» –historias que se desarrollan durante un viaje por carretera– «Alguien bajo los párpados» narra el periplo que, a lo Thelma y Louise, emprenden Olvido y Bruna en un destartalado Volkswagen escarabajo y todas las situaciones hilarantes y esperpénticas que generan. «La idea del viaje me parece muy interesante, la transformación que experimentan los personajes y todo lo que aprenden durante el mismo», afirma la autora. Y es que, al igual que en toda la creación de Sánchez Andrade, la trama pasa a un segundo plano para dar más importancia a las diferentes aristas de los que en ella intervienen, y a su forma de pensar y reaccionar ante los acontecimientos que les ocurren.
«La expedición»
El viaje, que habían postergado largos años, y al que se refieren como «la expedición», tiene el objetivo de descubrir quién es esa persona a la que alude el título, pero para el lector la decisión de embarcarse en esta aventura sin destino fijo por parte de unas octogenarias es, cuando menos, sorprendente. Además, para continuar con el misterio, Olvido y Bruna llevan consigo en el asiento de atrás un misterioso paquete. «Tiene que ver con una búsqueda personal y un reencuentro, y probablemente también con saldar cuentas con el pasado. Esta novela está plagada de secretos, todo lo es, desde el viaje hasta lo que llevan en el asiento trasero o la relación entre ambas, y es también un elemento de tensión que hace que el lector siga leyendo», asegura.
La novela transcurre entre el presente y el pasado de Doña Olvido, presentado mediante «flashbacks». Gracias a ellas, el lector descubre las excentricidades de la familia de su marido, un abogado con simpatías hacia el Frente Popular. En el contexto del estallido de la Guerra Civil, Sánchez Andrade presenta también un retrato de Galicia, su tierra, y del entorno rural. «Se trata de un homenaje a esta España vacía. Me interesa bastante recrear cómo se vivía antiguamente en los pueblos. Va a llegar un momento en que no se hable más del mundo rural porque ya habrán muerto todos los que han vivido ese día a día y prácticamente se va a olvidar. Tengo la esperanza de que siempre haya quien recoja esa herencia, que se interese por los pueblos», concluye.