Literatura

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Vargas Llosa: «La mejor manera de morirme sería con la pluma en la mano»

El escritor peruano premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa ha dicho que va a seguir escribiendo porque le "mantiene vivas las ilusiones". De hecho, ha afirmado que la "mejor manera de morirme sería con la pluma en la mano y trabajando".

En una rueda de prensa en Cádiz previa al acto de concesión del Premio Libertad Cortes de Cádiz 2014, Vargas Llosa ha manifestado que él tiene "el privilegio"de poder dedicarse a lo que le gusta, por lo que no tiene "la sensación de trabajar". "Si uno dedica el tiempo a aquello que le gusta, trabajando realiza un anhelo muy profundo y eso, aunque le cueste trabajo, lo hace gozar", ha explicado.

El escritor ha detallado que acaba de terminar la obra de teatro 'Los cuentos de la peste' que está "inspirada vagamente"en los cuentos del Decamerón, del italiano Giovanni Boccaccio, unos cuentos de los que le impresionó, desde la primera vez que los leyó, lo que le pareció "una situación teatral de base".

Vargas Llosa ha confesado que ha estado muchos años "dándole vueltas a la idea de hacer una obra de teatro que partiera de esa situación básica del Decamerón, y es en lo que he trabajado este último año".

Los premios recibidos

Preguntado por los premios que le han sido concedidos a lo largo de su carrera, el peruano ha señalado que todos le han "caído en los brazos", y sostiene que "nunca"ha escrito "pensando en premios", y que aunque está "muy contento de haberlos recibido", su objetivo ha sido "tratar de ser un buen escritor"y parecerse "de alguna manera"

a los escritores que han formado su vida.

Escritores de unos libros que lo han enriquecido "de manera maravillosa"y han hecho que su vida "haya sido menos mediocre que sin ese vuelo imaginario"que la pluma de esos escritores le dieron.

Además, ha apuntado que los premios "no llegan siempre a los mejores", y se ha referido en este punto al primer premio Nobel de Literatura, concedido al francés Sully Prudhomme en vez de a León Tolstoi. "Se trata de un caso de injusticia literaria flagrante en el enjuiciamiento de una obra literaria", ha resaltado.

El humor en su obra

Vargas Llosa ha confesado que en sus inicios "creía que el humor era incompatible con una literatura que quería ser seria", y que por eso en sus primeras novelas "hay poco humor", responsabilizando de ello a la influencia que sobre él ejerció Sartre sobre él, que "hizo que tuviera esa actitud tan insensata con el humor en la literatura".

No obstante, expone que fue con la novela 'Pantaleón y las visitadoras' con la que descubrió "que hay ciertas historias que no se pueden contar en serio porque no son creíbles y resultan totalmente inverosímiles".

"Hay ciertas historias que sólo se pueden contar para ser persuasivas, para ser verosímiles, en una vena risueña, de humor incluso grueso como el de 'Pantaleón y las visitadoras'. Desde esa obra, asegura que el humor sí está presente en lo que escribe, porque "forma parte de la vida y una literatura seria no puede prescindir de él en un recorte que puede ser a veces mortal en la descripción de una realidad".