Viaje ilustrado al interior de la poesía mística
La galería Rodrigo Juarranz y Ediciones Carla Torres presentan un libro de artista de Marcos Tamargo sobre «El cántico espiritual» de san Juan de la Cruz.
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La galería Rodrigo Juarranz y Ediciones Carla Torres presentan un libro de artista de Marcos Tamargo sobre «El cántico espiritual» de san Juan de la Cruz.
La poesía mística y la propia lengua alcanzaron su grado más sublime en la segunda mitad del siglo XVI con «El Cántico espiritual» de San Juan de la Cruz, obra maestra de la literatura española y universal. Ayer, la galería Rodrigo Juarranz y Ediciones Carla Torres, con el apoyo de Winsor & Newton y de las Bodegas Fusión, presentaron el libro de artista que el creador asturiano Marcos Tamargo ha realizado sobre este poema de San Juan de la Cruz. «El proyecto surgió hace cinco años –explica el editor–, con idea de utilizar el arte como elemento vehicular de culturas a través de la literatura y las artes plásticas. ¿Por qué “Cantico espiritual? Por ser una obra cumbre de la poesía lírica española, un canto al amor divino y también profano. Elegimos a Tamargo por la altísima calidad de su obra, por ser un artista comprometido con su proyecto y, además, trabaja internacionalmente».
Juntos emprendieron un «proyecto artístico y editorial de gran envergadura con esta joya literaria como eje vertebrador, un libro que conjugue el lenguaje universal del arte y la literatura y que pueda ser entendido y apreciado por personas de culturas muy diferentes. Para salvar el hándicap del idioma –continúa Juarranz– decidimos traducir el poema a once idiomas, desde el francés y el inglés al hindi o el japonés». El libro está compuesto por una obra original y seis grabados, así como el texto del poema realizado sobre papel artesanal de 600 gramos y una tirada exclusiva de cien ejemplares numerados y firmados. La obra original que Tamargo incluye en cada libro es distinta en cada uno de los cien ejemplares que componen la tirada de esta edición única y singular, también realizada con este tipo de papel, impresa en el taller de Juan Lara, quien ha elaborado a su vez la caja en la que va contenido cada libro y ya es, en sí misma, una obra de arte. Además, han realizado una edición corta de 30 ejemplares en la que se pueden adquirir los grabados individualmente.
Vvivir en Kenia
Marcos Tamargo aceptó la propuesta. «Conocía el Cántico espiritual, pero nunca me había parado a estudiarlo ni pensar en él de esta manera. Yo vivía en Nueva York, pero empecé a enfrentar con el poema en Kenia. Esto le daba a las obras mucha luz, me llevó a evolucionar a colores más claros en la paleta. Necesito paz y serenidad para crear, pero también caos. Estos versos han representado para mí, más allá de una fuente de inspiración, un viaje introspectivo. Y para completarlo, la última parte quiero hacerla en un monasterio, como lo escribió San Juan de la Cruz en uno de carmelitas de Toledo, donde estuvo encarcelado ocho meses, aunque sus palabras lograron traspasar las paredes de su celda. Y, si me dejan –explica–, con una cámara webcam para retransmitir en directo por las páginas web el proceso creativo».
Los materiales utilizado por el artista gijonés son variados, como la tierra o la arena. Elementos relacionados con sus vivencias en Kenia, «girasoles que yo mismo planté e incluí como metáfora de la germinación de la vida; semillas, que son un paralelismo sobre el nacimiento y la creación del poema, hilos, cuerdas, palos, cúrcuma, café... elementos naturales encontrados al servicio de la obra, previamente tratados para que no se degraden». Tamargo elige algunas piezas para comentarlas: «Uno de los grabados hace referencia al párrafo “Ouvras y espesuras”. No enfoqué el ‘‘Cántico’’ como creyente, pero si algo tiene es que puede leerse desde cualquier religión y tener significado para la persona, porque lo sobrenatural o sobrehumano lo invade hasta la última brizna. Otro representa el camino del artista, cómo está lleno de vallas y obstáculos, pero, aunque caigas con ellos, te levantas. Es como la utopía, que en su búsqueda, lo importante es el camino. El más evidente y que más me tocó en lo personal es una impronta de manos. Otra la hice al sur de Kenia, donde el plancton brilla por las noches. Me bañé y era como si me estuviese bañando en las estrellas, traté de conectar el cielo con la tierra, lo natural con lo sobrenatural, el amado y la amada. De esta confluencia de experiencias, impresiones y emociones nacieron estos grabados que muestran, no solo la interpretación de los grandes temas del Cántico, sino que plasman mis vivencias y lo que significó para mí en ese momento. Leerlo, ha supuesto una evolución y una búsqueda de nuevos lenguajes y elementos expresivos, algo esencial para un artista», concluye.