Beatriz Rico: Dormir junto a la Santina
A partir del 5 de octubre y durante cinco viernes seguidos, Beatriz Rico estrena en el Teatro Compac Gran Vía de Madrid, su espectáculo «Mejor Viuda que mal casada», un monólogo cómico en el que habla de situaciones cotidianas de pareja y que el actor Gabino Diego siempre la ha animado a hacer. Producido por ella misma, la actriz se transforma en una viuda negra, personaje creado por Juanjo Mújica. Además de esta nueva aventura teatral, protagoniza diariamente en el Teatro Arenal la obra «Los 39 escalones».Con las jornadas de infarto y nervios propios que supone un estreno, la actriz asturiana ya está pensando en tomarse unos días de descanso para desconectar. «En estos momentos, cuando quiero romper con el día a día, yo siempre me acuerdo de mi Asturias y para mí hay un sitio muy especial, perfecto para el descanso. Se trata de un hotel muy antiguo y con cierto aire añejo que tiene incluso camas con dosel. Pero esta esencia tradicional se conjuga a la perfección con unas instalaciones modernas y sobre todo con un excelente servicio. Está situado al lado de la cueva de la Virgen de Covadonga y se llama Gran Hotel Pelayo», nos confirma. Es un lugar muy especial por el sitio en el que se encuentra, ya que desde la ventana se pueden ver todas las montañas que rodean la Basílica y también se escucha el ruido de la fuente que está en la cueva. «Estar allí es una manera de desconectar del mundo y de adentrarte en otra época de la historia», asegura Beatriz. El Hotel Pelayo pertenece al Municipio de Cangas de Onís, situado justo en el centro de la provincia de Asturias, lo que te permite además de disfrutar de Covadonga, conocer otras zonas de la provincia que quedan muy cerca del alojamiento. Otro punto fuerte de Pelayo es la gastronomía, «pues las carnes son inmejorables y el trato es excelente», afirma. Beatriz asegura que no se hospeda todo lo que le gustaría en este hotel, sin embargo, para ella este alojamiento y la Virgen de Covadonga tienen un significado muy especial en su vida. «Me encomendé a la Santina desde que era muy pequeña. Siempre que tengo que pedir algo, al primer sitio al que voy es la cueva de mi Virgen de Covadonga. Cada viaje que hago a Asturias voy a verla y echo mis monedas en el lago. De hecho, prometí a la Virgen que si todo iba bien en mi embarazo y en el parto, lo primero que haría sería llevar a mi hijo ante la Santina y así fue; y como no podía ser de otra manera me hospedé en este maravilloso hotel», nos confiesa.