Ecoturismo: nuevas formas de conocer espacios naturales

El de naturaleza se está convirtiendo en uno de los sectores turísticos con más potencial en España, y han surgido iniciativas como el Club Ecoturismo a la que se han adherido espacios protegidos y más de seiscientas empresas.

Accesibilidad y sostenibilidad empiezan a ser compatibles con el conocimiento y disfrute de los espacios naturales, y ya han surgido iniciativas que permiten a personas con una movilidad reducida llegar a lugares antes impensables, y hacerlo de una forma respetuosa con el medio ambiente.

Se trata además de oportunidades de negocio muy ligadas a los recursos naturales que acredita España, el país europeo con una mayor biodiversidad y con más superficie incluida en la Red Natura 2000.

El de naturaleza se está convirtiendo en uno de los sectores turísticos con más potencial en España, y han surgido iniciativas como el Club Ecoturismo -auspiciada por Turespaña- a la que se han adherido espacios protegidos, administraciones públicas y más de seiscientas empresas.

El recién aprobado Plan Rector de Uso y Gestión del Parque Nacional de Monfragüe permite la explotación de rutas con vehículos todo-terreno eléctricos, una iniciativa que ha despertado expectación e interés (también algunas reticencias) en muchos lugares de España y de Europa, por sus repercusiones económicas y sobre todo sociales.

Mientras se resuelve la licitación para explotar esas rutas con ese tipo de vehículos, el Gobierno de Extremadura ha puesto en marcha un proyecto piloto a través de la empresa pública Gebidexsa (que gestiona los activos turísticos de esta comunidad), y una flota de estos "4x4"eléctricos presta ya ese servicio en el Parque Nacional de Monfragüe.

Los vehículos, íntegramente fabricados en España, están de momento cubriendo una ruta por el interior de este espacio natural de diez kilómetros, que culmina en el Cerro Gimio, uno de los mejores miradores para contemplar el paisaje de Monfragüe y de muchas de las especies que lo han convertido en un santuario mundial para la observación de aves.

José Luis Rivero, cofundador de la empresa Natur Extremadura -que está explotando de forma experimental este proyecto- ha subrayado las posibilidades que este tipo de transporte ofrece a personas con una movilidad reducida de llegar a lugares a los que de otra manera no accederían, y de hacerlo además guiados por expertos que les ayudan a conocer e "interpretar"la naturaleza.

"La naturaleza nos habla; nos manda señales, y nosotros enseñamos o ayudamos a interpretarlas", ha señalado Rivero, quien ha subrayado a EFE el interés que despiertan entre este tipo de turistas esas "señales": las huellas, los excrementos, los olores, los sonidos, los restos del "descuerne"de los cérvidos o los despojos alimenticios dejados por algunos animales y los detalles que esos despojos permiten conocer.

Mantiene que se trata de una actividad que permite acceder a espacios naturales sin contaminar y sin ruido, que no resulta invasiva para ninguna especie, y compatible con otros usos como el senderismo.

Favorecer la accesibilidad a los espacios naturales es una de las apuestas de la Unión Europea y de las administraciones públicas españolas, que han puesto en marcha diferentes iniciativas para propiciar que esos lugares sean también conocidos y disfrutados por personas con una movilidad reducida.

Así, la misma ruta que cubren estos vehículos eléctricos de forma "experimental"es en parte accesible para personas con movilidad reducida e invidentes, ya que discurre sobre un camino -primero empedrado y luego sobre tierra compactada- con carteles en braille y postes-guía durante la primera parte de la ruta.

Son nuevas fórmulas de buscar rentabilidad, económica y social, a los espacios naturales, muchos de los cuales se asientan sobre la Red Natura 2000.

Monfragüe, sobre el que se han puesto en marcha de forma experimental estas rutas "accesibles y sostenibles"en 4x4 eléctricos, es Parque Nacional desde 2007, pero también (todo el territorio incluido en el Parque y las dehesas del entorno) una Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) que se extiende a lo largo de 117.000 hectáreas.

Un espacio que atrae a miles de turistas para ver volar especies emblemáticas y únicas como el buitre negro, la cigüeña negra, los alimoches o el águila imperial ibérica, y que ahora será más accesible para un mayor número de personas.