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Gaitas y quimonos en el Camino a Santiago más japonés

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Todavía no hay pagodas ni tallas budistas en la capital gallega, pero turistas japoneses han 'tomado' Santiago, ciudad que dedica una Semana a ese país insular, goza de buenas conexiones aéreas y ha recibido la visita del primer ministro nipón, Shinzo Abe, y antes del príncipe heredero Naruhito.
Una peculiar muestra del cariño mutuo es la 'estampa' que hoy ha recorrido las principales arterias de Compostela: un animado pasacalles musical de gaiteiros y quimonos.
Cámaras fotográficas, flashes, gorros "susenaga"y mapas en mano con caracteres orientales son las instantáneas que, durante estos últimos días, abarrotan e inundan las avenidas y bulevares en perfecta convivencia y armonía con las conchas de vieira y el ir y venir tan propio de la tierra del Apóstol.
El turismo japonés vive un "un nuevo boom"en España, el tercer destino europeo favorito de los nipones, tras Alemania y Francia.
Así lo ilustran los datos del último año, que revelan que más de 374.000 turistas visitaron este país durante el año pasado, lo que supuso un incremento interanual del 4,6 por ciento según datos de Frontur.
La tendencia parece continuar y avanza lejos de convertirse en "una moda puntual y pasajera". Las previsiones para la temporada de verano prevén un incremento del 14 por ciento, de acuerdo con los datos y estadísticas que los principales touroperadores japoneses han proporcionado a Turespaña.
Japón y España conmemoran de la mano un pasado en común rico en encuentros, cuyos primeros contactos se remontan a mediados del siglo XVI.
Los tiempos han cambiado y, ahora, ambos países abordan esta relación desde una perspectiva distinta, con la mirada puesta en un horizonte marcado por las múltiples e infinitas oportunidades que parecen esconderse detrás de "ese velo"incierto y sorprendente que llaman futuro.
Para fortalecer y afianzar este idilio gana peso en Galicia la oferta cultural, sabedores de que el arte, el diseño contemporáneo y los museos son los principales componentes de la molécula del éxito.
Es el caso de una joven cuya agenda viajera revienta por las costuras, Noriko Fukushima, una nipona afincada en Outes (A Coruña) desde hace un lustro.
En su caso, cuenta a Efe, aterrizó en Compostela por sus estudios, y más tarde llegó "el flechazo de amor". Su marido, Manuel del Río, es gallego.
La "suma"de estas circunstancias fue la que ató a esta joven a tierras gallegas.
"Me casé con una familia de funerarios", explica Noriko con un guiño irónico al referirse al negocio de la familia de su cónyuge.
Tras "cinco años"de matrimonio con dos de sus pasiones, "dos con la literatura y tres con su marido", está integrada y vive como una más la gastronomía local: "Está muy rica, aunque tiene mucha grasa", bromea.
Con un castellano envidiado por muchos y un gallego deseado por otros tantos, Noriko alude al aspecto cultural como principal factor de seducción que atrae a los visitantes nipones.
"La playa, normalmente, no gusta tanto a los japoneses; y sí los museos y la cultura", pormenoriza Noriko, y continúa: "De hecho hay una película que se titula 'The Way', de Martin Sheen, que tuvo mucho éxito en Japón y que incitó a muchos a acercarse hasta el Camino de Santiago".
Así, las lógicas diferencias culturales parecen ser escollos fácilmente salvables que quedan en un segundo plano. "Haberlas haylas, porque lo que más llama la atención al llegar aquí es el contacto corporal, por ejemplo, al saludarse. Nosotros agachamos la cabeza".
Para acercar ambas culturas se ha programado en Santiago la Semana de Japón, una iniciativa que pretende unir y fusionar culturas a través de artes tan dispares y variopintas como la gastronomía, la música o la cultura.
"Sopa de misho con pulpo y wakami", "Korokke de chicharrones"o "Maki de Jurel"son algunas de las propuestas de "sushi a la gallega", un cóctel explosivo y sin parangón para ser degustado con tenedores y palillos chinos a partes iguales.
Otra muestra más es "el combinado"de fotografías que el japonés Takeshi Shikama expone en el Museo de Arte Contemporáneo de Gas Natural Fenosa de A Coruña, en el que agita y compone secuencias únicas que mezclan paisajes heterogéneos: las Fragas do Eume y los castaños de Castroverde con los paisajes del Parque Nacional de Yosemite o el Central Park de Nueva York.
Son propuestas de mesa "a caballo"entre dos culturas diferentes pero hermanadas. No en vano, el país nipón tiene su propia versión del Camino de Santiago, el Camino de Kumano, en el que las capillas, las vieiras, las cruces y las flechas amarillas se vuelven pagodas, gorros susenaga, tallas budistas y muñecos rojos.
Son las dos rutas de peregrinación que más seducen a aquellos provenientes del lugar donde nacen los más hermosos crisantemos.