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Mont Sant Michel, impactante

larazon

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Se ha hecho realidad uno de esos sueños viajeros que tenía desde hace tiempo. He conocido Mont Sant Michel, en Normandía, Francia.
Los que amamos los viajes, los que disfrutamos viendo cosas diferentes, sabemos que el simple hecho de organizar una escapada, por cercana que ésta sea, es, por sí misma, una fuente de felicidad. Un viaje dura mucho más que la estancia en un destino determinado. Es también la preparación, el regreso y el recuerdo de lo vivido.
Pues bien, a pesar de la infinidad de destinos recomendables en nuestro planeta, lo cierto es que existen una serie de lugares que parecen tener un singular poder de atracción. Uno de ellos es, sin lugar a dudas, Mont Sant Michel.
Se trata del monumento más visitado de Normandía y uno de los más turísticos de Francia. Este promontorio rocoso, que debe su nombre a la abadía erigida en honor al arcángel San Miguel, situado en el estuario del río Couesnon, fue declarado por la UNESCO Patrimonio Mundial de la Humanidad en 1979.
Visitar Mont Sant Michel es aprender y conocer la razón de tan singular ubicación. El carácter inexpugnable (además de sus baluartes, torres y murallas) se lo da el mejor de los aliados: la naturaleza. Así es, las espectaculares mareas de esta bahía lo convierten en infranqueable ante cualquier posible ataque. El agua que le rodea o las arenas que le envuelven (según la hora del día) imposibilitaban el acceso del enemigo. Como curiosidad histórica, a pesar de los numerosos asedios, durante la guerra de los cien años, los ingleses no pudieron conquistarla
No te miento si te digo que las mareas en esta zona del planeta son tan espectaculares que llegan a superar los trece metros de altura. Imagínate lo que supone. Tal es el poder del océano que las aguas se retiran, para retornar con la pleamar, hasta trece kilómetros. Desde luego, la elección de este enclave geográfico para construir Mont Sant Michel fue la mejor.
Una anécdota: me comentaron que eran las segundas mareas más grandes de la tierra. Al parecer, las mayores se encuentran en Canadá.
En la actualidad, las cosas han cambiado mucho. Ese gran baluarte galo, otrora inexpugnable, ha sido invadido por la multitud de turistas de todas las partes del mundo que se acercan diariamente a fotografiarlo. Supera los tres millones de visitantes al año existiendo días en verano en los que más de veinte mil personas recorren sus calles. Un moderno puente, ahora en construcción, que será inaugurado en el año 2014, se convertirá en el único y definitivo acceso por tierra.
No te voy a reseñar lo mucho que puedes ver cuando llegues. Lo descubrirás rápidamente (su impresionante abadía coronada con la estatura de arcángel San Miguel que se levanta hasta una altura de 170 metros, sus murallas, sus calles repletas de restaurantes y tiendas de recuerdos, sus miradores, las famosas tortillas de Mère Poular, etc.). Cualquier guía al uso te explicará -con total precisión de detalles- cuanto atesora para el viajero este emblemático destino.
Quiero centrarme en esa maravilla de la naturaleza que son esos inmensos "vaivenes"del mar en esta zona del mundo. Tanto que una de las excursiones que puedes contratar es pasear, siempre acompañado por guía o experto, por esas playas interminables de fina arena que serán pocas horas más tarde engullidas por la fuerza de ese "tsunami"tranquilo y sosegado que es la llegada del agua del océano. No es de extrañar, pues, que sea recomendable llevar un "horario de mareas".
Mont Sant Michel es impactante. Consigue "cincelar"en la memoria del visitante la sensación de haber estado en uno de los más bellos lugares de la tierra.
Webs recomendadas:
www.normandie-tourisme.fr
www.ot-montsaintmichel.com

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