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Rutas turísticas con mucho «cuento»

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La Fundación Agua Granada combina enclaves vinculados al agua como aljibes o antiguas pozas con leyendas centenarias para recorrer otros rincones del Albaicín granadino a través de historias mágicas que nutren el imaginario intangible de este barrio Patrimonio de la Humanidad.
La encrucijada de calles centenarias que dibujan el Albaicín, barrio declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, desembocan en una Plaza Larga plagada de turistas ávidos de descubrir los tesoros que provocaron este reconocimiento.
Pero fuera de ese circuito marcado por carteles indicadores y placas monumentales, la Fundación Agua Granada de la empresa Emasagra, que gestiona el agua en la capital y el área metropolitana, ofrece otro recorrido plagado de historias, leyendas y magia unidas por el agua como hilo conductor.
"Desde hace cinco años, comenzamos unas rutas siempre con el agua como referente. Y en una apuesta por dar una vuelta de tuerca más, diseñamos este recorrido por zonas en las que se ubican leyendas con el agua como elemento principal, con lavaderos, albercas y aljibes", ha explicado a Efe el historiador y guía del recorrido de la Fundación, Rafael Villanueva.
La ruta comenzó con un aforo cerrado para quince personas que se ha incrementado a casi medio centenar por cada gira que se realiza cada quince días debido a la alta demanda de esta oferta que ofrece otra visión del barrio y desgrana esas leyendas que han sobrevivido al desgaste centenario del Albaicín.
Villanueva y sus turistas recorren el empedrado y las callejuelas para acercarse al 'Estanque Encantado', el 'Mirador de la Rauda' o 'El aljibe de María de la Miel' para recordar la magia de amoríos, las desventuras de antiguos vecinos o las vivencias de un barrio tras la Toma de Granada.
Villanueva recuerda por qué sabía dulce el agua del Aljibe de María de la Miel y relata los supuestos milagros de la Virgen del Lavadero de la Plaza de San Bartolomé para salvar al amado de una moza de las promesas de darle muerte de su pretendiente.
"Muchos me preguntan por qué todas las protagonistas se llaman María. Los nombres cambian, pero el barrio ha mantenido el acervo cultural y las leyendas, que forman parte del patrimonio inmaterial del barrio", ha explicado el guía de este recorrido histórico.
La ruta recorre los rincones que avivaron versiones populares que sobreviven al paso del tiempo y resucita a personajes con hazañas singulares relacionadas con aljibes, lavaderos, estanques, albercas y otros elementos relacionados con el agua.
"Son relatos que producían admiración e interés en la gente y revelaban la veneración hacia lo sobrenatural, todo con un trasfondo histórico", ha explicado el guía, que recorre enclaves como el aljibe de la Gitana o el de María la Miel, de donde brotaba agua dulce según la leyenda porque la mujer, presa del desamor, arrojó al aljibe un ramo de jazmines.
La ruta, que dura aproximadamente dos horas, visita el Aljibe de la Vieja y recuerda la picaresca de los higos de oro, junto a otras leyendas que conducen hasta el Mirador de la Rauda.
Desde este punto privilegiado y ya con la puesta de sol, se contempla una silueta de la Alhambra que parece flotar ente los claroscuros del bosque alhambreño, con el barrio a los pies del turista. Y esta visión legendaria sí es real.