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Un paseo turístico por una Lisboa de cine

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Lisboa es cinematográficamente única. Sus gentes, sus cafés, sus miradores y su luminosidad hacen que más de 300 películas al año se filmen en las calles de la capital portuguesa, lo que contribuye al "boom"que vive a nivel turístico.
La ciudad está de moda, y se nota. Solo en 2013 recibió casi tres millones de visitantes extranjeros, un 8 % más que un año antes, atraídos por su conjugación única de majestuosidad y un toque decadente.
"Lisboa parece un decorado cinematográfico dispuesto a ser rodado", asegura en declaraciones a Efe Liliana Navarra, directora de "Lisbon Movie Tour", una empresa que ofrece recorridos por las "ruas"de la ciudad basados en el cine.
Doctorada en cine portugués, esta italiana de 33 años vive en Lisboa desde hace una década y acaba de crear el proyecto para descubrir su ciudad favorita a grupos de turistas a los que enseña dónde fueron rodadas las dos películas a su juicio más importantes con sus calles como escenario.
"No hace falta que las personas que pasean con nosotros conozcan los filmes, ya que recorremos la zona histórica de la ciudad y yo voy mostrando los planos de las películas en una tableta digital", explica la napolitana.
La empresa oferta visitas guiadas en inglés, italiano, francés y portugués (en los próximos meses comenzarán los tours en español) y por el momento ofrecen dos recorridos por las calles de la ciudad del Tajo.
El primero adentra a los turistas en las escenas de la película italiana "Afirma Pereira", dirigida por Roberto Saenza. Durante dos horas, los participantes en el paseo visitan el tradicional Barrio Alto, los cuidados jardines de Príncipe Real y la señorial zona de Baixa Chiado.
"Afirma Pereira"está basada en una de las obras más destacadas del italiano Antonio Tabucchi, un declarado admirador de Lisboa que vivió largos temporadas en la capital lusa, donde falleció en 2012.
A través de los planos que reúne la película se puede conocer una ciudad casi desconocida incluso para muchos locales.
Durante el paseo, Liliana se detiene a pocos metros del monumental arco de Rua Augusta, que conecta con la Praca do Comerco, enciende su tableta y muestra los instantes finales de la película italiana que fueron rodados justo en esa localización.
"Ese es un momento crucial porque el personaje principal, que es periodista y decide finalmente contar la verdad sobre un asesinato pese a la férrea censura de la dictadura de Salazar", explica la italiana.
La segunda caminata que ofrece "Lisbon Movie Tour"es más corta que la anterior y sumerge a los turistas en la película "El libro del desasosiego", un filme portugués basado en la compleja novela firmada por Bernardo Soares, uno de los heterónimos del universal poeta Fernando Pessoa.
Las escenas de la película llevan a los visitantes a perderse por la Baixa lisboeta para acabar en la imponente Praca do Comercio, dónde llegaban los barcos portugueses de los territorios de ultramar cargados de especias.
Allí la guía se acerca a uno de los miradores que muestran una magnífica vista de la desembocadura del Tajo y vuelve a enseñar una escena de la película.
Antes de terminar la caminata, Liliana invita a los turistas a entrar en el café "Martinho d'Arcada", donde un sombrero y unas gafas indican la mesa en la que se sentaba a escribir Fernando Pessoa.
"Pessoa es una de las imágenes más conocidas de Portugal y es en sí mismo un universo", argumenta la guía turística.
Opinión compartida por Paulo Soares, un lisboeta de 36 años enamorado de la obra de Pessoa y que calificó de "fantástico"el paseo basado en el filme "El Libro del Desasosiego".
"Vi la película cuando vivía en Londres porque mi compañero de piso era portugués y me encantó. Gracias a este tour he podido recordar algunos de los momentos más bonitos de la película", afirma por su parte Dana, una mujer nacida en Kazajistán y que trabaja en la capital portuguesa desde hace dos años.
El momento dulce que vive Lisboa a nivel de proyección internacional podría prolongarse gracias precisamente al cine si los deseos de su alcalde, António Costa, acaban por hacerse realidad.
La hipótesis de que el realizador Woody Allen elija la ciudad como próximo escenario de una de sus obras -al estilo de las que ya ha rodado en Roma, París y Barcelona- es un sueño públicamente admitido por el propio Costa, consciente del inmenso poder de atracción del "séptimo arte".