Viktor Ullmann grita libertad
El Teatro Real estrena el viernes «El emperador de la Atlántida», la ópera más emblemática del compositor, muerto en un campo de exterminio
El Teatro Real estrena el viernes «El emperador de la Atlántida», la ópera más emblemática del compositor, muerto en un campo de exterminio
El Teatro Real presentará entre el 10 y el18 de junio cinco funciones de la ópera «El emperador de la Atlántida, o la abdicación de la muerte», de Viktor Ullmann, con libreto de Peter Kien. Esta sarcástica comedia con perfume de cabaret y ritmos de jazz fue creada en unas condiciones extremas en el campo de concentración de Terezín para una pequeña orquesta, en 1943, antes de que ambos artistas fueran sentenciados en Auschwitz a morir en la cámara de gas. El encargado de la dirección escénica es el veterano Gustavo Tambascio. Pedro Halffter estará en el foso con la Orquesta Titular del Teatro Real y estará precedida de un prólogo compuesto por tres obras entrelazadas: «El canto de amor y muerte del corneta Christoph Rilke», que será interpretada por la actriz Blanca Portillo, «Adagio in memoriam Ana Frank» y «Pequeña obertura para ‘‘El emperador de la Atlántida”».
Siete cantantes darán vida a los caricaturescos personajes: el barítono Alejandro Marco-Buhrmester, en el papel titular, y el bajo Torben Jürgens, encarnando a la Muerte, encabezan el reparto. Este espectáculo es una nueva producción del Teatro Real, en coproducción con el Teatro de la Maestranza de Sevilla y el Palau de les Arts Reina Sofía de Valencia.
En 1942, ya famoso y con un amplio catálogo de obras musicales, Ullmann fue enviado con parte de su familia al campo de exterminio de Terezín, Praga, donde no dejó de escribir obras y organizar actividades artísticas hasta su deportación y asesinato en Auschwitz. Un hecho de especial importancia y la causa de la elección de la segunda pieza entrelazada es la coincidencia de Ullmann con Ana Frank durante dos días en Auschwitz.
Sátira contra Hitler
En 1972, Kerry Woodward, compositor y director, recibió las partituras de Ullmann, que habían pasado por varias manos. Durante 18 meses, trabajó en el manuscrito, hasta que en 1975 tuvo lugar su estreno mundial en Ámsterdam que impactó al público y recibió invitaciones de Bruselas y del Festival de Spoleto en Italia. «El emperador de la Atlántida» es una sátira en la que un despreciable emperador –que recuerda a la figura de Adolf Hitler, de ahí los múltiples problemas en Alemania que impidieron su estreno– declara una guerra contra la que se rebela la Muerte, renunciando a hacer su trabajo, por lo que rompe su espada para que los hombres no puedan morir. La Muerte no debe perder su dignidad: no puede acoger en su seno a los indefensos, niños y enfermos de los campos de concentración. Pone así una condición: que el Emperador se convierta en su primera víctima. Finalmente, éste acepta y la Muerte se presenta entre la gente como su valorado amigo. Como asegura Gustavo Tambascio, se produce «una denuncia de la muerte industrial, entre otras cosas».
A diferencia de otras óperas, ésta conmueve tanto a público como a los encargados en llevarla al escenario. «El hecho de que cada nota tenga una simbología especial es extremadamente duro», asegura Halffter, que se emociona cada vez que habla del tema. Para él, «esta obra representa la libertad del arte en el momento más extremo».