A rueda: Las edades de España

Qué fin de semana, qué gozada, qué orgullo. España, otra vez, siendo referencia del deporte mundial. Este fin de semana, Campeones de Europa de balonmano masculino y de waterpolo femenino (y finalistas del masculino), deportes que, evidentemente, no son el fútbol o el baloncesto en cuanto a repercusión, pero que reafirman el poderío de nuestro país en eso del deporte. Ya saben, lo más importante de las cosas que no son fundamentales. Estos laureles no son baladí: nos encontramos en año olímpico, y eso, lector, son palabras mayores. Porque no siempre disfrutamos de esta manera.

Tiempos de barro ¿Se acuerdan? Hubo un tiempo, no muy lejano, en el que algunos lobos solitarios, extraños especímenes de origen español, conseguían alcanzar victorias que se convertían en leyenda. Sí, los Ángel Nieto, Seve Ballesteros, Abascal, Perico, Arantxa...Hasta los cuatro goles de Butragueño en Querétaro se convirtieron en un trofeo. Eran tiempos en los que vivíamos acomplejados. La edad de la inocencia del deporte en España, se podría llamar. Luego llegaría Barcelona 92 y la explosión de júbilo. Nos creímos invencibles, gente de primer orden mundial en el deporte. Fue nuestra pubertad, la exultante fuerza de la juventud que, suele pasar, precedió al acomodamiento. Tras un nuevo periodo de sequía, de repente, la explosión definitiva. Los Alonso, Nadal, Márquez, los mundiales de fútbol y baloncesto..Y tantos triunfos que no entran en estas líneas. Momentos lejanos que, parece, están volviendo.

Las leyendas Más allá de los exuberantes triunfos de este fin de semana, están nuestros campeones de siempre. Nadal sigue ahí, Alonso, lo mismo, ganando carreras en tierra, asfalto o lo que sea. Como Carlos Sainz, treinta años en lo más alto. Y su hijo, que pronto levantará los brazos. Y Lidia Valentín, Carolina Marín, Garbiñe Muguruza...