Hípica
El sabor del julepe en el hipódromo
En el Derby de Kentucky, que lleva celebrando durante 147 años de forma ininterrumpida, es tan importante la carrera del caballo como el cóctel de menta que bebe el aficionado
Bourbon, agua granizada, azúcar y el remate de una generosa hoja de yerbabuena. Así se prepara el julepe de menta, un cóctel refrescante típico del sur de los Estados Unidos y que se trasiega en abundancia en la prueba deportiva más antigua de cuantas se celebran en el continente americano. El Derby de Kentucky es una carrera de caballos que ha cumplido en 2021 sus 147 ediciones en Louisville, ciudad natal de Cassius Clay y capital güisquera donde se produce el delicioso néctar con ese inconfundible retrogusto a madera. Casi cien mil copas se sirven en el hipódromo Churchill Downs el día en el que una quincena de purasangres se desboca en «los dos minutos más excitantes del deporte mundial».
El elemento culinario tiene una gran importancia en el Derby de Kentucky, que nació como un evento más social que deportivo, como no puede ser de otra manera cuando el espectáculo apenas excede los 120 segundos. A media mañana, recién estrenada la primavera sureña, diez millares de espectadores ataviados de estricta etiqueta –pamelas coloridas para las señoras– atestan los aledaños del graderío para apostar beber julepe de menta y comer «burgoo», un guiso de carne y verduras. Con el estómago lleno, el espíritu animoso por el alcohol y, por ende, los bolsillos vacíos, ocupan su asiento en la grada.
Así viene siendo desde hace casi un siglo y medio, desde que el coronel Meriwether «Lutie» Clark fundó el Club Hípico de Louisville al regreso de un viaje por Europa. Deslumbrado por el esplendor que presenció en las carreras de caballos más encopetadas del Viejo Continente, el Derby de Epson inglés y el Grand Prix del Arco del Triunfo parisino, este militar e industrial pensó que un poco de distracción no le vendría mal a la alta sociedad sureña, recién derrotada en la Guerra de Secesión. Y el 17 de mayo de 1875, quince caballos se lanzaron al galope en pos del primer Derby de Kentucky, ganado por el potro Aristides con la monta de un antiguo esclavo negro llamado Oliver Lewis.
Clark y sus amigos, pese al éxito de la primera edición, sudaron tinta para mantener el Derby de Kentucky hasta el final del siglo, sobre todo a raíz de las cuantiosas pérdidas que acumuló el promotor en el crack bursátil de 1893. En 1902, el empresario Matt Winn se hizo cargo del refundado Jockey Club de Louisville y revolucionó el mundo del turf al inventarse un circuito de tres carreras con los hipódromos de Baltimore y Nueva York, donde ya se disputaban la Preakness y la Belmont Stakes. En 1919, Sir Barton fue el primer caballo en ganar las tres carreras y el periodista Charles Hatton acuñó la expresión Triple Corona para denominar esa figura. Justify, en 2018, ha sido hasta el momento el último purasangre en ceñírsela.
El Derby de Kentucky lleva a gala su condición de prueba deportiva más antigua de cuantas se siguen celebrando en el continente americano y, en 2020, sus organizadores no quisieron que la pandemia forzase a una suspensión que ni siquiera propiciaron las dos guerras mundiales. Por primera vez en la historia, la carrera abandonó el mes de mayo para trasladarse a septiembre y se celebró con victoria de Authentic, el caballo entrenado por Bob Baffert con la monta del portorriqueño John Velázquez. Los dos humanos del equipo repitieron el pasado día 1, esta vez sobre Medina Spirit... que dio positivo en betametasona. Hay abierta una investigación que puede retirarle el título, aunque el laureado preparador ha argüido que la sustancia prohibida podría haber entrado en el organismo del animal a través de una inocente pomada. La enésima versión de la célebre excusa del filete, o sea.
Lo que está fuera de toda duda es que la velocidad de los caballos, al contrario de lo que ocurre con los humanos, no evoluciona drásticamente con los años. Desde que en 1896 se adoptó el recorrido de dos kilómetros exactos (1,25 millas), sólo en dos ediciones se ha bajado de los dos minutos: en 2001 (1.59:97) y el récord absoluto, que data de 1973, un tiempo de 1.59:4 cronometrado manualmente.
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