Baloncesto
A rueda: Doncic, mejor que Jordan
Para los que crecimos con Michael Jordan, este titular, lo reconozco, impresiona. Pero créanme, es cierto. Resulta que Luka Doncic, el esloveno con cara de niño bueno que jugaba en el Real Madrid, está revolviendo la NBA con un baloncesto sideral. O sea, está revolucionando el baloncesto. En sus primeros quince partidos ha firmado números que lo ponen sólo por debajo de dos jugadores: Oscar Robertson, «Big O», y Earvin «Magic» Johnson. O lo que es lo mismo, mejores números que Jordan, el sumo sacerdote de este deporte. Pero lo mejor de todo es cómo está consiguiendo impresionar a la élite del basket. En la madrugada del sábado al domingo se marcó una exhibición ante los Warriors que pasará a la historia. No tanto por los números, buenísimos también, sino por el descaro con el que juega este chaval de diecinueve años que acaba de llegar a un país, una cultura y un baloncesto que nada tienen que ver con lo que había vivido en el Real Madrid. Y ahí está, poniendo firme al equipo que más talento ha reunido en décadas. Una pasada.
Blanco y con acné
A primera vista, Doncic no impresiona a nadie. Sin cumplir los veinte años y con restos de acné aún presentes en su rostro, no es un jugador que intimide por el aspecto físico en una Liga en la que bestias como Ben Simmons o Antetokounmpo serán los futuros dominadores. Ni siquiera es un piernas al estilo Ginóbili. Es más, diría que es lento. Pero da igual, su manejo del balón, su descaro y su visión global del juego le convierten en un jugador imparable en un día inspirado. Sí, querido lector, estamos asistiendo al alumbramiento del mejor jugador europeo de la historia, estoy convencido de que superará a los Kukoc, Gasol, Parker, Sabonis, Nowitzki o Petrovic. Aquí queda escrito. O que venga Michael Jordan a decirme lo contrario.
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