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Real Madrid

En busca del gol perdido

En busca del gol perdido larazon

El Real Madrid quiere rearmarse moralmente hoy contra el Schalke.

El primer día en el que Carlo Ancelotti y Paul Clement entrenaron al Real Madrid en Valdebebas, en verano de 2013, se dejó a la Prensa grabar y ver el entrenamiento durante quince minutos. Ancelotti observaba, mientras Clement dirigía desde más cerca, colocaba los conos y constantemente, en español recién aprendido, repetía a los futbolistas que casi acababa de conocer: «Toca, toca». Era una declaración de intenciones de lo que pretendía el nuevo entrenador blanco, tras la época de Mourinho. Han pasado el tiempo, la «Décima» y viven en las dudas actuales, quizás las más graves desde que ambos aterrizaron. Se sigue hablando del toque como parte fundamental para jugar pero ahora se hace de otro modo: «Jugamos con demasiados toques. El juego no es rápido», volvió a explicar ayer Ancelotti cuando le preguntaron la razón de que el equipo más goleador en 2014 y el más rematador de media en Europa esta temporada (después del Bayern) se haya quedado seco de repente.

Desde que llegó, el entrenador italiano ha defendido que jugar bien no es dar el mayor número de pases posibles sin ningún sentido. El estilo del Barça de Guardiola aún seguía presente cuando Ancelotti fue fichado y quería dejar claro que se puede no jugar al contraataque y dominar los partidos, sin hacerlo como lo hacía ese Barcelona. El buen fútbol, intentaba explicar en las conferencias de prensa, consistía en ser lo más eficiente posible y llegar al área rival cuanto antes. Tocando, pero de manera rápida y precisa. Nada de retóricas porque eso entorpece la fluidez del juego.

Por eso, para el entrenador y para parte del club, la sequía que vive actualmente el Real Madrid no se debe a lo que hacen los tres delanteros, sino que nace más atrás: en el centro del campo, que ha perdido la fluidez de otras veces. Aunque desde casi todos lados sí que señala al triplete atacante como culpable de todo. «El equipo no está en este momento ayudando mucho a los delanteros», dice Ancelotti para explicar su punto de vista. Lo que antes funcionaba perfectamente, ahora se ha roto. Es como si delanteros y centrocampistas fuesen a un ritmo diferente. O ése es el diagnóstico del entrenador. «No hay buena coordinación entre el tiempo de pase y el tiempo del desmarque».

Y por eso, según él, el equipo que no hace mucho buscaba un récord de goles es ahora un conjunto que ha hecho un tanto, y de penalti, en los dos últimos encuentros, que ve melancólico a Ronaldo, su mejor jugador; algo fuera de tono a Benzema y sin chispa a Bale, que hace mucho que no marca. «Si los cambio a ellos, tendría que cambiar todo el equipo. A Benzema, a Cristiano, al mediocentro. Si tengo que hacer esa consideración tengo que hacerla de manera general. Creo que Bale no está contento de lo que está haciendo, pero él lo entiende muy bien y va a intentar mejorar».

Sabe Carlo Ancelotti que todo este ruido, que todas las confusiones, los cambios que se piden, las dudas acerca de su futuro, se acabarán (o al menos, se apagarán durante un tiempo) en cuanto llegue una goleada. Hoy puede suceder. «Lo cierto es que se puede minimizar el impacto de estos tres jugadores, pero es imposible pararlos al ciento por ciento», explicaba ayer Di Matteo. Mientras, Ancelotti no va a cambiar el sistema que le ha dado los triunfos. Se podría considerar como una traición, como reconocer que lo que había no funciona. Ancelotti va a ir hasta el final (y si puede, hasta la final) con sus tres futbolistas de ataque: «Mientras estén en buena forma la titularidad de los tres es innegociable porque lo que nos han dado es mucho. Tengo total confianza en ellos, sin duda. Ha habido un bajón general, no sólo de los tres». Juegan y lo harán como siempre: «No vamos a cambiar nuestra identidad: así están más cómodos y dan mejores resultados».