El equipo de Mourinho, con un juego simple, se mostró muy superior

Pitó el colegiado la falta de Hugo Mallo y Rashford se dirigió hacia la pelota sin admitir negociación. Blind se puso a su lado para amagar el disparo de un zurdo, pero pasó por encima del balón que el delantero mandó al lado del portero. Fue la única manera que encontró el Manchester United de superar a Sergio. El portero del Celta se afanó para que su equipo pudiera llegar al partido de vuelta con las ilusiones intactas. Mkhitaryan, Lingard y el mismo Rashford se estrellaron con él en la primera parte. Lo intentaron de todas las maneras, buscando los rincones de la portería o esperando que se venciera antes de tiempo. Pero ahí estaba Sergio siempre. Preparado para detener los ataques del equipo inglés y lanzar el contraataque del Celta.

Pero Sergio sólo no era suficiente. Tampoco el ambiente de Balaídos, vestido de fiesta para ver a su equipo disputar su primera semifinal europea. Berizzo ha priorizado la competición europea en los últimos meses con la esperanza de lograr su primer título, pero el equipo de Mourinho, con un juego simple, apenas permitió remates del Celta. Lo contuvo en defensa y después salía por arriba buscando que Fellaini amortiguara los pelotazos camino de alguno de sus tres delanteros. Especialmente en la primera mitad. En la segunda se sentía tan superior que se quedó a vivir en el campo del Celta. Iago Aspas era casi invisible. Igual que Guidetti. Desde el otro lado, Pogba intentaba domar las pelotas que no acaparaban los tres de arriba para hacer daño al equipo gallego.

La velocidad de Rashford era la mejor manera para el United de llegar al área contraria. El joven delantero, de apenas 20 años, se ha agrandado desde la lesión de Ibrahimovic. El sueco era el que acostumbraba a sacar de la vulgaridad los planteamientos de Mourinho, pero se lesionó en la anterior eliminatoria contra el Anderlecht. Sin Zlatan, Rashford ha marcado los dos últimos goles del United en Europa. Contra los belgas en la prórroga para llegar hasta las semifinales y ayer en Vigo. Cuando se marchó, sustituido por Martial, cojeaba. Su tardanza en abandonar el campo enfadó a los jugadores del Celta, que a punto estuvieron de llegar a las manos con algunos de los visitantes. Pero Rashaford abandonaba el terreno de juego con la satisfacción del deber cumplido.

En la memoria del Celta sólo queda un remate de Daniel Wass en los primeros minutos que no supo dirigir con la cabeza camino de la portería que ayer defendía el argentino Romero, como es costumbre en la Liga Europa. El intento del danés era el primero de cualquiera de los dos equipos en el partido y animaba a pensar en un partido muy diferente del que luego se vio. Sólo los regates desde la izquierda y sus diagonales hacia dentro parecían capaces de crear peligro para el Celta. Así decidió la eliminatoria contra el Genk y así hizo trabajar a Romero. Fue el único que lo consiguió. Pero después sus regates terminaron llevándole a ningún sitio.

Al Celta le queda la esperanza de saber que se ha acostumbrado a decidir sus eliminatorias en campo contrario. Pero todavía no se había cruzado con el Manches-ter United.