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El Olympique aplaza la clasificación del Sevilla

El delantero argentino del Sevilla Luciano Vietto (d) disputa un balón con el defensa Gordon Schildenfeld, del Dinamo Zagreb, larazon

El Sevilla puede ganar todavía su sexta Liga Europa. Al equipo de Jorge Sampaoli todavía le falta un punto para meterse en los octavos de final de la Champions, a pesar de su triunfo de ayer contra el Dinamo aquí-unos-amigos de Zagreb. El Olympique de Lyon, que es un rival puñetero con el que no debería jugarse la clasificación en Francia, empató en el campo de la Juventus. Quedan dos jornadas por disputarse y a los andaluces les basta con sumar un punto para cumplir con el objetivo fijado en verano. Eso sí, ganando a los italianos en el Sánchez Pizjuán pasaría como líder.

Como desde Turín llegaron pronto las buenas noticias (Tolisso empató casi sobre la hora), los sevillistas se afanaron en acelerar algo su cansino trote superado el cuarto de partido. N’Zonzi adelantada su posición para dar cabida a Kranevitter, cabeceó al larguero en la primera aproximación seria. En la segunda, Vietto le hizo un lío en el área al rudo Benkovic y coló el gol de la liberación pese a disparar sin ángulo. Era una ventaja adquirida, todo el mundo era consciente, más gracias a la debilidad del Dinamo que por méritos de un equipo apelmazado por la ausencia de Nasri. Ganso y Mudo Vázquez tendrán talento, o no, pero lo que es seguro es que se desempeñan a ritmo de geriátrico.

Al trantrán, casi sin querer, el Sevilla se veía por delante y sin ningún indicio que hiciese pensar que los croatas tenían la mínima capacidad de reacción, máxime cuando Stojanovic vio la segunda amarilla. Si con once jugadores ya eran inofensivos los compatriotas de Suker, aclamado por la grada a su llegada al palco, con diez futbolistas sobrepasan a duras penas la calificación de banda. La pregunta era a esas alturas: ¿Por qué Sampaoli, el adalid del fútbol ofensivo, alinea contra semejante rival a cuatro defensas y dos pivotes defensivos? El tortuoso camino de las palabras a los hechos...

La cuestión es que los partidos hay que cerrarlos con un segundo gol que el Sevilla, que hacía ya cambios pensando en la visita del Barcelona el próximo domingo, no estaba por la labor de buscar a través del esfuerzo. Mientras esperaban el regalo, el Dinamo hasta se animó a probar a Sergio Rico con un centro de Coric, que a punto estuvo de cazar Junior Fernandes, el chileno que jugó a las órdenes de Sampaoli.

Uno de los hombres en forma de este equipo es el discreto Sergio Escudero. El lateral zurdo fue el encargado de sellar el triunfo con una diagonal excelsa para, tras pared con Vitolo, meter un derechazo suave en la esquinita. La pata de palo total. Para completar la goleada, N’Zonzi hizo el tercero en un córner en el que los defensas se olvidaron de marcarlo y Ben Yedder redondeó el marcador al hacer buena la enésima asistencia que Mariano hacía desde el corredor derecho. El único problema de ayer fue el resultado en Turín. El empate del Olympique aplazó la fiesta en Sevilla.