Necesita el Madrid ir sumando victorias como está haciendo para recomponerse anímicamente. Sobre todo sus futbolistas principales, que tienen que dejar atrás todas las dudas y volver a creer en lo que hacen. Desde el encuentro contra el Barcelona, el equipo no ha perdido, pero tampoco ha terminado de dar un golpe en la mesa definitivo. El partido del Shakhtar estuvo cerca, pero los tres goles al final empañaron la situación. Contra el Getafe, la primera parte del Madrid fue de las mejores de esta temporada: un equipo rápido, con dominio y con gol. La larga y aburrida segunda mitad dejó al público con ganas de algo más. Pero en esos 38 minutos en los que el equipo de Benítez hizo cuatro goles, se pudieron ver cosas interesantes que habrá que confirmar el próximo domingo (mañana el Malmö no vale para nada) en el campo del Villarreal.

El sábado se pudo ver a un Pepe en la línea de los últimos partidos. El defensa, suplente cuando juegan Varane y Ramos, es el jefe y quien sostiene a una central experimental, con Danilo en la banda cambiada y Lucas Vázquez de lateral.

Delante de él, Modric está recuperando su mejor versión. Se atreve a llegar al área como no estaba haciendo en otros partidos. En Ucrania hizo un gol y el sábado se le vio con libertad y profundidad. Su fútbol hace que todo el equipo mejore.

Arriba, Ronaldo y Bale han vuelto a recuperar el gol. Marcaron en Ipurua y lo volvieron a hacer en el Bernabéu el sábado. Benítez trabaja con una premisa: hay que fortalecer al equipo atrás porque delante los goles seguro que caen. Si sus estrellas siguen marcando, la vida es más fácil para el entrenador madridista.