Más madera para Pep

MADRID- Con el pitido final en el Westfalenstadion terminó la pesadilla del Madrid y dio comienzo el cuento de hadas de Lewandowski (21-8-1988, Varsovia). Ese delantero polaco de apellido casi impronunciable que el miércoles revolucionó la «Champions» con un póquer de goles. Se ha convertido en la sensación de la Bundesliga y, aunque está muy cerca del Bayern, media Europa suspira por su velocidad y su diestra letal, pero su personalidad como futbolista no es más que el reflejo de una infancia marcada por el sacrificio.

Lewandowski fue el encargado de proteger a su madre y a su hermana desde los 15 años, cuando su padre, campeón polaco de yudo, murió. Después, el catolicismo y el fútbol han sido su refugio. Se curtió en los campos de juveniles de Varsovia y explotó tarde, con 18 años. Pudo jugar en el Schalke y el Blackburn Rovers, pero el destino le llevó a Dortmund, donde ahora vive con su novia, la karateca polaca Anna Stachurska, bronce en los Mundiales de Tokio 2008.

El Borussia pagó al Lech Poznan poco más de cuatro millones de euros por él en 2010 y ahora su valor cotiza al alza. Los grandes están dispuestos a poner el anzuelo sobre el jugador y tentar, de paso, a su representante, Maik Barthel, que ha aprovechado la coyuntura para dejarse querer y alimentar el que puede ser el culebrón del verano: «Tenemos ofertas y él quiere cambiar de aires este año». Bastó esta frase de su agente al diario «Bild» tras el partido contra el Madrid para reabrir la lata de las especulaciones sobre su posible desembarco en el Bayern la temporada que viene.

Lewandowski marcó 29 goles en la Bundesliga el año pasado y esta campaña ya es el segundo máximo goleador de la «Champions». Tiene contrato hasta 2014, pero dar vía libre al delantero no entra en los planes de Klopp. La política de fichajes del Borussia se basa en no dejar ir a más de una figura por año y esta semana ya se ha anunciado la salida de Götze. Ahora los bávaros quieren seguir desarticulando el comando amarillo y ofrecen 25 millones por él.