España pasa como primera, o sea que el objetivo se ha cumplido. Pero no olvida lo que pasó ayer y lo que ha sucedido en los otros encuentros del grupo. «Tenemos que ser autocríticos, no podemos permitir tantas ocasiones del rival. Hay que trabajar, ajustar y mirar hacia delante. Este no es el camino, no tenemos que conceder tanto. Todo lo bueno y lo malo lo hemos hecho nosotros», decía Hierro después del encuentro. Sufrió en el banquillo el seleccionador, sobre todo cuando Marruecos se acercaba. Como sucedió contra Irán y contra Portugal, en cuanto España pierde la pelota o se confía, el rival llega con demasiada facilidad.

España es frágil atrás y eso es un lastre que se tiene que corregir en estos días, antes de que llegue el partido contra el organizador. Ramos e Iniesta se equivocaron en el primer gol, pero es que nadie da sensación de autoridad: Jordi Alba está lejos de ser el jugador del Barcelona, mientras que a Carvajal aún se le nota que no está a tope. Piqué no se impone y a Busquets se le supera con más facilidad de la prevista. Y luego De Gea, que ha recibido cinco goles en lo que va de campeonato y sólo ha hecho una parada. En el primer tanto, el balón le pasó por debajo. La parada llegó después, cuando resolvió con el cuerpo un uno contra uno. En la segunda mitad, un trallazo de Amrabat al larguero lo vio pasar De Gea sin inmutarse y el cabezazo del gol le dejó de piedra.

Muchas ocasiones para un equipo que no se jugaba nada: «Si queremos llegar donde soñamos tenemos que ajustar esos detalles, cada ocasión que nos generan es peligro. Tenemos que ser autocríticos y conocer nuestro margen de mejora. Tenemos que ajustar las transiciones rápidas», continuaba Hierro. Ahora tiene mucho trabajo el seleccionador.