Los blancos buscarán el sábado ante el Al Ain su tercer Mundial de Clubes consecutivo y tienen de vuelta al brasileño tras 38 días de baja

Aunque Marcos Llorente ha jugado en este último mes sus mejores partidos con el Real Madrid, siempre es una buena noticia para los blancos tener de vuelta a Casemiro. El brasileño es el mejor guardaespaldas de la plantilla y un futbolista que permite al resto jugar más confiados. Él corre por los demás y tapa todas las grietas. Cuando el partido frente al Kashima estaba decidido volvió el brasileño tras 38 días fuera por lesión. Un esguince de tobillo le dejó fuera de combate en la visita a Balaídos y desde entonces se había perdido siete partidos. Ya estuvo en la convocatoria frente al Rayo y ayer entró cuando todo estaba resuelto para ir cogiendo ritmo. Ya habrá tiempo para que sea importante, pero su regreso es una buena noticia para Solari.

El argentino cumplió con la herencia que le dejó Zidane y metió al equipo en su tercera final consecutiva del Mundial de Clubes. Son tres Champions seguidas las que consiguió el francés y otros tantos Mundialitos puede coleccionar el Real Madrid el sábado frente al Al Ain. En los dos últimos años, los blancos superaron en la final de este torneo al Kashima Antlers y al Gremio brasileño, mientras que San Lorenzo de Almagro fue la víctima en 2014 antes del paréntesis de 2015.

En el vestuario se han tomado este torneo justo antes del final de año como un punto de inflexión en una temporada que no ha empezado tan bien como ellos esperaban, pero en la que todos los objetivos están todavía al alcance. Quieren los futbolistas que el triunfo en Emiratos Árabes suponga un impulso para recuperar el terreno perdido en la Liga y llegar perfectos a los octavos de la Champions ante el Ajax. De momento, el sábado les espera otra final y otro título para seguir creciendo.