Tribunales

El juez sienta en el banquillo a Rubiales por el beso a Jenni Hermoso y le reclama 65.000 euros de fianza

Lleva también a juicio a Jorge Vilda, Albert Luque y al exdirectivo de la RFEF Rubén Rivera

Luis Rubiales se sentará en el banquillo por su beso a Jenni Hermoso tras la final del Mundial celebrado en Sídney (Australia) el pasado 20 de agosto. El magistrado de la Audiencia Nacional Francisco de Jorge ha abierto juicio oral al expresidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF), para quien la Fiscalía pide dos años y medio de prisión por delitos de agresión sexual y coacciones, y también para el exdirector deportivo de la selección masculina Albert Luque, el exentrenador de la selección femenina Jorge Vilda y el que fuera responsable de Marketing de la Federación Rubén Rivera. En su caso, por las supuestas presiones a la futbolista internacional con el objetivo de que respaldara públicamente la versión de Rubiales de que el beso fue consentido.

El instructor da este paso conforme a lo solicitado en los escritos de acusación de la Fiscalía, de la propia jugadora y de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), que ejercen la acusación en el procedimiento y que instaron a De Jorge a abrir juicio oral a Rubiales por agresión sexual y de coacciones.

Para hacer frente a las responsabilidades civiles a las que pudiera ser condenado, el juzgado requiere a Rubiales para que en el plazo de 24 horas preste una fianza de 65.000 euros por el delito de agresión sexual. La misma cantidad económica deberá consignar por el delito de coacciones, en este caso de forma conjunta y solidaria junto a los otros tres encausados por este delito.

La resolución, contra la que no cabe recurso alguno, señala al Juzgado Central de lo Penal de la Audiencia Nacional como el encargado de celebrar el juicio, en virtud de las penas solicitadas por las acusaciones y da un plazo de diez días a los investigados para que presenten sus escritos de defensa.

Hermoso, "desconcertada y sorprendida" por el beso

En la resolución en la que acordó el procesamiento de Rubiales y el resto de investigados, el juez De Jorge relataba que en la entrega de trofeos tras la final del Mundial ganado por España, "de manera sorpresiva e inesperada" Rubiales "propinó un beso en los labios de la jugadora, que no se apercibió de la intención del querellado de besarla en los labios ni dio su consentimiento para ello", por lo que "desconcertada y sorprendida por el inesperado beso en los labios, no tuvo tiempo de reaccionar".

En el vuelo de regreso a España, explicaba el juez, Rubiales "trató de conseguir" que Jennifer Hermoso accediese a hacer una manifestación pública afirmando que el beso había sido consentido, "a lo que la jugadora se negó, expresando su malestar". Por indicación del entonces presidente de la RFEF, continuaba el relato de hechos del instructor, Jorge Vilda habló con el hermano de Jenni Hermoso para convencerla y "le advirtió de que si su hermana no accedía a participar en el vídeo, su negativa tendría consecuencias negativas para ella y experimentaría perjuicios en su carrera profesional como futbolista".

En España, esas supuestas coacciones se redoblaron a través del responsable de Marketing de la RFEF, Rubén Rivera, encargado de la logística del viaje de la selección a Ibiza, quien le insistió en que "debía participar en el vídeo exculpando a Luis Rubiales".

Hermoso trasladó por Whatsapp a Albert Luque su rechazo a hablar con él, lo que llevó a Rivera a intentarlo de nuevo a través de una amiga de Hermoso, Ana Belén Ecube. Finalmente, "ante la rotunda negativa", Albert Luque envió un mensaje de Whatsapp a la amiga de Jennifer, "insistiendo en su petición de ayuda para justificar la conducta de Luis Rubiales expresando su enfado, acusándola de mala persona, deseándole que se encuentre muy sola en la vida y anunciándole que se alegrará de que eso suceda".

Esas presiones, afirmó el juez, "crearon en Jennifer hermoso una situación de ansiedad e intenso estrés".