Con su debut, por primera vez tres generaciones de la misma familia se han estrenado con España.

El abuelo fue Marquitos, el padre Marcos y el nieto, Marcos Alonso. El mismo nombre se repite de generación en generación con la misma tradición: vestirse la camiseta de España. El nombre va tomando formas diferentes, del diminutivo al nombre y apellido completo, y las camisetas también mutan. Marquitos, el abuelo ya fallecido, fue leyenda en el Real Madrid de Di Stéfano, pero aquellos eran otros tiempos, los compromisos internacionales eran escasos y sólo disputó dos partidos con la Selección. El padre, Marcos, triunfó en el Atlético y en el Barcelona, donde su mayor gloria fue un remate de cabeza imposible a pase de Maradona para ganar la Copa del Rey al Real Madrid que entrenaba Di Stéfano. Todo está conectado. El nieto retomó el camino original, se crió en la cantera madridista y llegó a debutar, con Pellegrini en el banquillo, contra el Racing de Santander, el equipo en el que su padre debutó en Primera. Las conexiones, siempre presentes. Pero Marcos Alonso III ha elegido el camino internacional. Pasó por el Bolton y el Sunderland antes de triunfar en la Fiorentina y ganarse el fichaje por el Chelsea, donde se ha convertido en el defensa más goleador de las grandes ligas europeas.

«No es algo que me pare a pensar», decía después de convertir a los Alonso en la primera familia con tres generaciones de internacionales. «Estoy contento por haber hecho historia, pero lo importante es seguir haciendo las cosas bien y estar concentrados», añadía.

Su padre disputó 22 partidos con España, jugó en la histórica victoria contra Inglaterra en Wembley el mismo día que liberaban a Quini de su secuestro, pero no pudo disputar ningún Mundial. Marcos espera ahora corregir la deuda que la historia tiene con la familia.