Morata no se entrenó y el hispano-brasileño se perfila como titular ante Liechtenstein

Diego Costa se ha convertido en el personaje de moda en la Selección. Sus mejores minutos ante Bélgica, sus inoportunas declaraciones al terminar el partido de Bruselas, la confirmación de Lopetegui de que le quiere como es, sin que tenga que cambiar sus características como futbolista –velocidad, desmarques, potencia y remate, asignatura pendiente con España– y la lesión de Morata, que ayer no se entrenó con sus compañeros y que tiene difícil llegar en plenitud de condiciones, hacen que sea el centro de atención del equipo.

El viernes hubo un ligero entrenamiento tras el regreso de Bruselas y ayer, la sesión ya fue más fuerte. A excepción de Saúl, que trabajó en otro campo con los Sub’ 21, obligados a puntuar mañana en Suecia para mantener sus aspiraciones al Europeo de Polonia (2017), y de Morata, todos los demás están disponibles y en perfectas condiciones para que Lopetegui ensaye y pruebe con los titulares, porque el trabajo de mañana en el Reino de León, así se llama ahora el Antonio Amilivia, será a puerta abierta y con las gradas, se supone, repletas de aficionados.

Así que en la intimidad roceña, el seleccionador trabajó y ató los últimos cabos con vistas al primer encuentro oficial de España, para Julen más importante que el de Bélgica porque hay tres puntos en juego y es el choque que marca el pistoletazo de salida para el Mundial ruso. Y no parece, pese a que el seleccionador no ha destapado sus cartas, que vaya a haber muchos cambios. El bloque respondió muy bien en el Rey Balduino, por lo que la única novedad de salida sería la de Diego Costa.

El hispano-brasileño tiene, pues, oportunidad de reivindicarse ante un débil rival. Un gol – ante Luxemburgo, en octubre de 2014– en doce partidos es su aval. Un pobre aval por el que Del Bosque peleó mucho, se empeñó en su nacionalización y le llevó al Mundial de Brasil. El jugador no respondió. Malas actuaciones, nulo en el remate y sin recursos, le llevaron a perderse la Eurocopa. Una mala temporada en la Premier y problemas con los rivales –fue expulsado en dos ocasiones– le hicieron desistir a Del Bosque. No sabríamos lo que hubiera pasado si fuera jugador del Madrid o del Barça o hubiera nacido en Chamberí.

Lopetegui no ha pensado en eso. Le ha convocado porque es un buen futbolista, que con espacios y al hueco busca desmarques y sabe fabricarse los remates. Y Diego Costa tiene que aprovechar está oportunidad. Quizá sea la última vez que el tren pase por su puerta y León es buena estación para subirse a él. El desafortunado percance de Morata le va a permitir ser el «9» de la Roja. Alcácer estará presto en el banquillo.

Es la hora de un Diego Costa al que ayer se le vio sonriente. Siempre ha sido bromista y cariñoso. Hubo bromas con Sergio Ramos –con el que se las tuvo más que tiesas en un derbi–, Jordi Alba y su ex compañero De Gea antes de comenzar el entrenamiento matinal. La tarde fue para descansar y ver un vídeo del rival, que perdió el otro día 5-0 con Dinamarca. Y hoy, viaje en AVE a León para entrenarse a las 20:00. Media hora antes, hablará Lopetegui ante los medios de comunicación.