Economía

Garamendi: «Queda muy bien subir sueldos por decreto, pero eso no genera progreso»

El Presidente de la CEOE lamenta que la incertidumbre haya provocado un parón en las inversiones

La primera negociación de los empresarios con la coalición socialcomunista les ha costado 50 euros más en 14 pagas de Salario Mínimo. Y gracias. Son 50 menos que los 1.000 que pretendía alcanzar el Gobierno, un éxito que el patrón de la CEOE espera reeditar cuando toque defender la reforma laboral de su demolición. Quizá ahí le sirva el «feeling personal» que Pablo Iglesias dice tener con él y su «fair play» político. «Jugamos el partido que nos toca en el campo que toca, no entramos al barro ni en filiaciones. Lo que pedimos son reglas claras de juego», afirma.

–¿Lleva implícito el acuerdo exprés del SMI el compromiso del Gobierno por «acomodar» futuras decisiones polémicas a la marcha de la economía? Más moderación, vaya.

–No ha sido un acuerdo exprés, llevamos desde Navidades trabajando en ello y estamos satisfechos con el resultado porque hemos logrado reducir un 50% la subida anunciada de 1.000 euros. Hay que recordar que el alza del SMI es competencia del Gobierno, en consulta con los agentes sociales, y que en esta ocasión ha primado la moderación. Hemos peleado por un compromiso del Gobierno para que el Estado cumpla con la subida del SMI y ponga en orden la indexación del nuevo escenario en los contratos públicos. Sería «causa belli», inconcebible, que el Estado no cumpliera.

–¿A qué se refiere?

–A los concursos públicos. Si aumentas más de un 29% el coste laboral y cambias las reglas del juego con el partido ya empezado –por ejemplo, en el contrato de limpieza en un ayuntamiento– sin repercutir esa subida del SMI fuerzas a muchas empresas a entrar en pérdidas y a cerrar. Además, hay otro efecto perverso porque la Ley de Contratos del Estado dice que mientras no haya otro concurso tú no te puedes ir. Te lo comes.

–¿No hay quorum sobre si la subida del SMI inyecta más dinero al consumo o si frena la creación de empleo ¿Tan perniciosa resulta?

–Con estas subidas muchas personas que no se consideraban empresarias se han dado cuenta de que sí que lo son, porque esto afecta sobre todo a empleadas del hogar. Los datos que se dieron en su momento hablan de 60.000 personas que han pasado a la economía sumergida con la anterior subida del SMI, sobre todo en el campo. Se trata de que, cuando algunos hablan tanto de la España vaciada, se valore que en un pueblo de Extremadura si subes el SMI a 950 euros se crea una complicación. Por eso, hemos solicitado también que se abra una mesa con las organizaciones agrarias.

–¿Han planteado ayudas fiscales a agricultores y autónomos?

–Alguna bonificación a los colectivos más presionados no estaría de más.

–Se acaba de aprobar la subida a 950 euros y los sindicatos ya dejan claro que el objetivo es romper la barrera de los 1.200 euros a final de Legislatura...

–A mí también me encantaría que todo el mundo cobrara más, pero vivimos en un mundo globalizado muy competitivo. Queda muy bien subir los sueldos en el BOE por decreto, pero eso no ayuda al progreso. Para que los empleos sean más potentes hace falta más innovación, pero de todos. También los trabajadores deben estar listos. En este sentido, nos preocupa esa parte de la sociedad menos preparada y que cada vez haya más empleo cualificado sin cubrir; empleo industrial, indefinido y bien retribuido.

–Este Gobierno se declara progresista cada 30 segundos, pero ¿es progresista gobernar de espaldas a los empresarios?

–Somos los que creamos empleo, riqueza y los bienes y servicios para que las sociedades avancen. También generamos que otra gente y nosotros mismos paguemos los impuestos que sostienen el Estado del Bienestar. Somos progresistas porque generamos el progreso.

–Aún no hemos recuperado todo el empleo perdido y el mercado laboral se frena ¿la derogación de la reforma laboral es la estacada final?

–No lo digo yo, lo dice la OCDE, el FMI, la UE... La reforma laboral consiguió que mucha gente no se fuera a la calle. El empleo es el primer objetivo del país. Y es con esta reforma laboral con la que se está creando empleo. Eso no quita que pueda haber algunos aspectos a mejorar. Primero se planteó la derogación total, parece que se han dado cuenta de que eso no interesa. Ahora hablan de los aspectos más lesivos. Estamos esperando que nos digan cuáles son. Esta reforma es la que ha servido a España a salir la crisis y tocarla en demasía no sería bueno.

–¿Cree que se van a atrever a elevar los costes de despido?

–Espero que no, porque están aceptados por la sociedad.

–Subida de costes salariales, de impuestos, de cotizaciones, «tasas Google»... ¿nos lo podemos permitir?

–No. Se generaría más economía sumergida y, además, no es cierto que en España hay menos presión fiscal. En Europa la economía sumergida es del 13% y en España del 24%. Eso implica que si se divide por los que pagamos, tenemos más presión fiscal. Si nos pusiéramos la economía sumergida a nivel europeo, el Estado ingresaría 50.000 millones. Luego no se trata de cobrar más a menos personas.

–¿Han detectado fuga de inversiones o capitales a Luxemburgo o Portugal?

–No, pero la incertidumbre está generando un parón.