Economía

Lonely economy: este es el coste de vivir solo

Aunque estar solo era algo que podía implicar connotaciones negativas, ahora hay cada vez más personas que disfrutan de la soledad

Imagen de una persona haciendo la compra en un supermercado de Madrid
Imagen de una persona haciendo la compra en un supermercado de MadridJesús G. FeriaLa Razon

Casi cinco millones de personas viven solas en España, por lo que uno de cada cuatro hogares españoles es unipersonal, de acuerdo con datos de 2020 del Instituto Nacional de Estadística (INE). Por tanto, se puede afirmar que la soledad ha pasado a ser una forma de vida cada vez más latente en la sociedad.

Vivir solos puede traer consigo numerosas ventajas como no tener que acomodarse a la manera de vivir de otras personas, diseñar el espacio vital basado en nuestro estilo y en definitiva, hacer lo que uno quiera en el momento que le apetezca sin depender de nadie. No obstante tomar esta decisión también puede conllevar una serie de inconvenientes como sentirse solo o aburrido, hacer todas las tareas de la casa individualmente e incluso no poder compartir los gastos.

En este contexto, esta “epidemia de soledad” puede tener un impacto en la salud así como la economía, ya que dicho segmento de la población tiene una forma de consumir conocida como “the lonely economy” o economía de la soledad, la cual está centrada en aquellas personas que hacen cosas en solitario. Pese a que estar solo era algo que podía implicar connotaciones negativas, ahora hay cada vez más personas que disfrutan de la soledad, tanto es así que según una macroencuesta de la BBC, más del 80% de los “solitarios” afirmaron que les gustaba pasar tiempo solos. Dicho fenómeno no solo se está produciendo en España, sino que cada vez hay más personas viviendo solas en otros países de Europa, Estados Unidos e incluso Asia.

Pese a que estas personas tienen más tiempo para sí mismos e incluso cuentan con un mayor poder adquisitivo, también gastan más, sobre todo en lo que alimentación se refiere, suponiendo más del 15% del gasto total, aunque el volumen de producto que se llegue a consumir sea menor o incluso difiera al de las familias. En este contexto, son muchos los formatos de alimentos que están pensados para familias (”envase familiar”) o para parejas, aunque estos son demasiado grandes para una persona individual. Ante esta situación, son muchas las marcas de alimentación que optan por reducir el tamaño de sus envases, por lo que se mantiene la misma cantidad pero se reparten en empaquetados más pequeños o incluso dosis individuales.

No obstante, este no es el único gasto que recae en una sola persona, sino que a este se le suma el pago de la renta o de servicios contratatados como internet, comunidad, luz o agua, entre otros. Por tanto, el gasto medio del hogar representa un 60% adicional, tal y como explican desde el blog de CaixaBank.

En lo que respecta a los viajes, este tipo de ocio también ha tenido que adaptarse a este nuevo segmento de la población. Por tanto, desde este sector han empezado a diseñar alternativas para aquellos que deciden viajar en solitario, o incluso viajeros individuales que deciden ir con un grupo de otras personas para compartir diversas experiencias con desconocidos.

Asimismo, el sector inmobiliario ha tenido que asumir el reto de la “lonely economy”, reduciendo así la superficie de las viviendas en sus nuevas promociones. En este contexto, dado que la mitad de los hogares unipersonales está habitada por personas mayores, cada vez se incorporan más detalles que tienen en cuenta a este tipo de compradores para que pueden llevar a cabo actividades del día a día sin dificultades.