¿Cómo funciona?

El bitcoin es una moneda electrónica, como el euro o el dólar, que no pertenecen a ningún Estado y puede usarse en todo el mundo por igual. No está sujeta al control de ningún banco central o institución financiera, las transacciones se llevan a cabo directamente de persona a persona y no es necesario revelar la identidad. Más que una opción de inversión, se trata de un medio de pago más.

El bitcoin surgió como alternativa a las monedas convencionales y al actual sistema de divisas, y su gran éxito radica en que el proceso de enviar y recibir dinero, así como efectuar pagos, es tan fácil como enviar un e-mail. Existen direcciones bitcoin que nos permiten enviar y recibir esta moneda digital. Ya en 2013 se produjeron transacciones por encima de los 1.000 millones de dólares.

El factor clave que determina el valor de los bitcoins es su popularidad. Cuanto más conocida sea la moneda y más gente desee utilizarla, más aumentará su demanda en los mercados de intercambio y ésta irá incrementando su valor gracias a la mayor oferta y demanda.

No hay consenso en cuanto a la posición de los gobiernos con respecto al bitcoin. Tailandia fue en el primer país en prohibir su uso y China alertó a principios de diciembre de 2013 de los peligros de este tipo de transacciones, al ser anónimas e imposibles de seguir su rastro pueden desestabilizar en el largo plazo un sistema monetario tan cerrado como el de la economía china. Este problema, unido a la facilidad para el blanqueo de dinero, ha hecho que países como Noruega o Francia no la consideren como una moneda real y hayan prohibido su uso. Pero hay otros que han permitido la instalación de cajeros automáticos que dispensan bitcoins, como es el caso de México, Finlandia, Hong Kong y recientemente España.

*Codirector del Programa Directivo en Innovación y Tecnología del IEB