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El coste salarial del SMI para el empresario es un 75% más alto que el salario mínimo, hasta casi 1.990 euros

Cepyme denuncia que el Gobierno incumple el Estatuto de los Trabajadores con el SMI. Con las última subidas se habrían perdido 163.000 empleos

Cadena de montaje de la fábrica de Ford en Almussafes (Valencia)
Cadena de montaje de la fábrica de Ford en Almussafes (Valencia)JUAN CARLOS CÁRDENASAgencia EFE

En plena negociación entre los agentes sociales y el Ministerio de Trabajo para fijar una nueva subida del salario mínimo interprofesional (SMI) para 2024, las posiciones están "cada vez más alejadas" ante lo que fuentes empresariales consideran una "imposición sin fundamento" que "vulnera el propio Estatuto de los Trabajadores, que establece que el SMI debe subirse en relación con el índice de precios de consumo, la productividad media nacional alcanzada, el incremento de la participación del trabajo en la renta nacional y la coyuntura económica general. Y eso se lo saltan a la torera. El Gobierno no lo cumple porque ha convertido el SMI en un arma política y partidistas contra los empresarios".

Con esta contundencia, fuentes de Cepyme han cargado contra la intención del Ejecutivo de elevar el SMI a 1.135 euros, lo que supondría un incremento del 57,6% desde 2018, alcanzando la cota del 61% del salario promedio neto de jornada completa. Por ello, si finalmente la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, no logra una acuerdo con la patronal y decide elevar de forma unilateral esos 55 euros mensuales, el SMI tendrá una remuneración media del 70% en términos netos. "Hay provincias en las que el SMI alcanza ya el 80% e incluso en 90% del salario medio. Por eso, no se puede elevar de forma generalizada sin tener en cuenta todas las variables. Hay formas de hacerlo, pero no interesan", apuntan fuentes empresariales.

Así lo determina el último informe de la patronal de la pymes, "Repercusión del SMI en la pyme española", que denuncia que su subida en los últimos años se ha producido mientras "los demás costes que afectan a las empresas (insumos, energía, servicios) han aumentado significativamente". En concreto, los costes totales que soportan las pymes se han incrementado un 19,3% en los dos últimos años, "mientras que las ventas sufren una desaceleración, lo que deteriora la situación de las empresas".

El informe apunta que las alzas del SMI no responden a una mejora de la productividad, sino al contrario. Entre 2018 y 2023, la productividad registró en España una caída del 3,8%, la mayor entre los países más avanzados, que tuvieron un incremento medio del 4,6%, lo que sitúa a España al mismo nivel que en 2015 y un 9,6% más bajo que en 2009. Por contra, el SMI ha subido un 46,8%, un incremento 30 puntos por encima de la evolución de los precios. "Las alzas deben siempre ir acompasadas de moderación y la marcha de la situación empresarial para no impactar en el empleo. De hecho, la subida del SMI en los últimos años ha impedido la creación de unos 163.000 empleos", recuerdan las mismas fuentes.

En este sentido, desde Cepyme inciden en que el panorama actual dibuja una mayor "homogeneidad retributiva que no tiene presente la productividad del territorio, del sector, ni del tamaño de empresa". Por tanto, los analistas de Cepyme destacan que "la productividad de las pequeñas empresas es menos de la mitad que la de las de más de 250 trabajadores, lo que implica que cualquier incremento del salario mínimo afecta en mayor medida en las de menor tamaño, reduciendo sus márgenes y su rentabilidad".

Otro de los aspectos negativos que resalta el informe es que las últimas subidas del salario mínimo han intervenido en la conformación de los salarios en las empresas y en las negociaciones de los convenios colectivos al provocar un "desplazamiento ascendente en las tablas salariales de muchas compañías, incidiendo en mayor medida en los tramos inferiores, dejando obsoletos muchos convenios en vigor e interfiriendo además en muchas de las 4.500 mesas de negociación colectiva. "Los convenios colectivos agrupan a más del 90% de los trabajadores y, sin embargo, el Gobierno usurpa esa negociación con su postura intervencionista del mercado laboral y del sistema económico".

Desde Cepyme también han cargado con las últimas decisiones del Ejecutivo, que "están convirtiendo figuras como el SMI en una forma de subsidio. La finalidad del Estado no debe ser dar subsidios, sino trabajar para que haya más empleo, que todo el mundo tenga un puesto de trabajo". Además, creen que las "subidas indiscriminadas del SMI castigan los territorios más despoblados, incumpliendo sus propias políticas del reto demográficos y fomentando la despoblación". Un ejemplo de este impacto negativo es el sector agrario, el más castigado por la subida del salario mínimo "tras llevar 27 meses perdiendo empleo porque las explotaciones son incapaces de asumir la subida de sus costes laborales. El Gobierno debería tomar medidas correctoras , como una rebaja en las cotizaciones sociales, pero no lo hace porque no le interesa", apuntan desde la patronal.

Asimismo, el informe destaca que la menor competitividad de estas empresas dificulta la posibilidad de repercutir el aumento de los costes salariales al precio final. "Las tensiones salariales se acentúan exponencialmente en las empresas de menor tamaño, lo que afecta tanto en su plano económico como en la gestión de sus recursos humanos. Las pymes españolas tienen cada vez menos margen para soportar un incremento de los costes salariales, máxime cuando hay que añadir el aumento de los costes no salariales (insumos, servicios, energía, etc.) como consecuencia del generalizado proceso inflacionario".

Según los datos comparativos con países de nuestro entorno que presenta Cepyme, en los últimos cinco años el salario mínimo en España aumentó un 46,8% -de 735,9 a 1.080 euros-, mientras que la media europea apenas supera el 30%. Así, el incremento en España casi duplicó el de Bélgica (25,1%) y Luxemburgo (24,2%), yfue más del doble que los de Canadá (21,5%) y Reino Unido (20,7%); fue casi tres veces mayor que las de Francia (16,6%) y Holanda (16,5%), y más del triple que las de Irlanda (15,4%) y Japón (13,9%). Además, el coste total del salario mínimo, incluyendo cotizaciones, es el segundo más alto de la UE en relación con la productividad, sólo por debajo de Francia.

Según Cepyme, si se tienen en cuenta el impacto de las dos pagas extraordinarias, las cotizaciones sociales a cargo del empleador y el Mecanismo de Equidad Intergeneracional -que subirá cada año hasta 2029-, el coste salarial mínimo mensual por cada trabajador que cobra el SMI se eleva entre 1.740 euros y 1.824 euros, según cual sea el tipo de cotización de accidentes de trabajo. Por tanto, el coste salarial efectivo por mes de trabajo está en un rango de entre 1.898 euros y 1.990 euros, teniendo en cuenta vacaciones. "Es decir, que el coste salarial efectivo mensual es entre un 67% y un 75% más alto que la cifra conocida del salario mínimo".