Huelga en Iberia
Fomento descarta imponer un arbitraje en Iberia esta semana
El ministerio mantiene contactos con ambas partes para evitar la solución más traumática. Los sindicatos creen que la pelota está en el tejado de la aerolínea y que debe mover ficha
Es el turno de Iberia. Eso es, al menos, lo que creen los sindicatos de la aerolínea. Después de que ayer se celebrase la primera de las quince jornadas de paros convocadas por los trabajadores contra el plan de ajuste de la aerolínea, las centrales creen que la pelota está en el tejado de la compañía.
Es el turno de Iberia. Eso es, al menos, lo que creen los sindicatos de la aerolínea. Después de que ayer se celebrase la primera de las quince jornadas de paros convocadas por los trabajadores contra el plan de ajuste de la aerolínea, que incluye 3.807 despidos para lograr reducir los gastos en 350 millones de euros, las centrales creen que la pelota está en el tejado de la compañía, que debe ser la que mueva ficha para evitar lo que ninguna de las partes quiere: un arbitraje.
La ministra de Fomento, Ana Pastor, se ha reunido varias veces con ambas partes –la última, el pasado viernes– para tratar, de momento sin éxito, de que acerquen posturas. Y aunque públicamente sigue mostrando su predisposición a mediar –el contacto con la dirección y los sindicatos es «continuo», según fuentes de Fomento–, también ha avisado de que tomará las medidas que sean necesarias si la situación causa graves perjuicios al país en forma de caos en el transporte aéreo. Y el arbitraje es una de las opciones contempladas.
Aunque la semana pasada se especuló con la posibilidad de que pudiera imponerlo esta misma semana, en plena huelga, fuentes próximas a Ana Pastor aseguraron a este periódico que no lo hará y que agotará todas las posibilidades de mediación que estén en su mano para resolver el conflicto antes de imponer un laudo, que considera la peor solución. Aerolínea y sindicatos ganan así un tiempo precioso para arreglar un conflicto que, según algunos cálculos, le estaría costando a la aerolínea 25 millones diarios.
Fomento no es el único que quiere, a ser posible, evitar el laudo. Ni la compañía ni los trabajadores quieren llegar a la solución arbitral porque, como asegura una fuente sindical, «significaría reconocer nuestra incapacidad para solucionar el conflicto» y supondría, además, la imposición de un acuerdo que obligaría a ceder terreno a ambas partes sin ninguna capacidad de decisión.
El descontento de ambas partes ante la posibilidad de un laudo es patente. La matriz de Iberia, IAG, como ya informó LA RAZÓN en su edición del pasado sábado, reducirá la capacidad de la compañía española al mínimo si le imponen un arbitraje y un posterior laudo. Según explicaron fuentes próximas al holding, éste no está dispuesto a comprometer su cuenta de resultados porque no se le permita realizar un ajuste como el que han realizado otras compañías aéreas en los últimos años. Los sindicatos convocantes de la huelga también prefieren alcanzar un acuerdo que no cierre en falso el conflicto. Entienden que no hay nadie que conozca mejor la situación de Iberia y las posibles soluciones a sus problemas que los propios trabajadores y su dirección.
Aunque ayer la dirección de la aerolínea y los sindicatos no celebraron ninguna reunión, las centrales creen que los contactos se reanudarán en breve dado que la posibilidad de que Fomento imponga un laudo a la que más inquieta es a IAG. «Nosotros estamos dispuestos a hablar con ellos cuando nos llamen», aseguran estas fuentes que, no obstante, recuerdan el problema de interlocución que, a su juicio, existe en este momento con la dirección de la aerolínea. «El consejero delegado de Iberia –Rafael Sánchez Lozano– debió dimitir una vez que IAG echó por tierra los planes de ajuste que le presentó y el acuerdo para empezar a negociar que alcanzamos el 17 de diciembre en el SIMA», explican fuentes sindicales, que insisten en que más que imponer un arbitraje, lo que debe hacer Fomento es mediar para desbloquear la situación en caso de que no avance.
La última reunión de Iberia con los sindicatos se produjo el pasado fin de semana. La dirección de la compañía se reunió por separado con representantes de las centrales para seguir negociando y aunque se daba casi por imposible la desconvocatoria de la huelga, al menos, explican algunos de los presentes en las reuniones, se avanzó en la identificación del plan de crecimiento de la compañía como uno de los aspectos nucleares del problema. La propia Ana Pastor ha reconocido la necesidad de que cualquier proyecto de reestructuración incluya planes de crecimiento.
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