Empresas

La nueva hornada de emprendedores

«Han logrado alcanzar en España un cierto grado de madurez. Cualquier idea ‘‘loca’’ ya no vale»

Los empresarios están cada vez más formados.
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Los empresarios están cada vez más formados. Tienen conocimiento tecnológico y de mercado, utilizan las redes sociales y estudian el perfil de sus posibles inversores.

Talent Tank, una empresa de gestión de talento, cuyo objetivo fundamental es que la gente sea feliz en su trabajo; Melón, un proyecto que permite dar créditos, analizado cómo es la persona, y no ciñéndose a los fríos «ratings» de los bancos, o Vibook, una red profesional similar a Linkedin, pero dirigida al mundo de los talentos (actores, magos, cantantes... ) son sólo unos ejemplos de los proyectos seleccionados por Elevator Pitch, un concurso internacional, celebrado en el marco del Boot Camp, organizado por 007 ideas, dirigido a «start-ups» y emprendedores. Su objetivo es buscar a los 30 mejores proyectos con licencia para triunfar a nivel internacional. ¿Qué se ha tenido en cuenta para seleccionar las iniciativas? Jesús Fernández, CEO de 007ideas, promotor del evento que se celebró de manera simultánea esta misma semana en Madrid, Dublín y Osijek (Croacia), asegura que lo más importante es que «solucionen problemas de verdad, y que, además, lo hagan en el momento preciso». Así, difícilmente se podrían entender fenómenos como Uber o Airbnb si no hubiera existido un periodo de crisis. «En momentos de bonanza, hubieran fracasado», apunta Fernández.

Siguiendo esta premisa, y teniendo en cuenta cuáles son y serán en el corto plazo las demandas de la sociedad, los sectores relacionados con la realidad virtual, la inteligencia artifical, salud y bienestar, fintech o seguridad informática, especialmente la que tiene que ver con la privacidad de los smartphone, serán algunos de los sectores que más innovarán en los próximo meses.

Los sectores, poco a poco, se van adaptando, pero también lo ha hecho la mentalidad del emprendedor. Y es que, tras un primer momento en el que «todo valía» y en el que cualquier idea, por loca que fuese, era suficiente para poner en marcha una «start-up», el sector, a juicio de los expertos, ha logrado alcanzar en España un cierto grado de madurez, por lo que vive un momento más sosegado. «La nueva hornada de emprendores ya no sólo tiene una idea, sino que cuenta con concimientos tecnológicos y de mercado previos, que le permiten lanzarse a empreder con un cierto colchón», explica Luis Díaz del Dedo, director de Desarrollo de Minube.

Crecimiento

En este sentido, la formación comienza a jugar un papel muy importante. «La gente es más conciente de que emprender por su cuenta necesita de una cierta formación, por lo que, cada vez más, se apoyan en programas que, precisamente, orientan a la hora de poner en marcha un negocio», afirma Mónica Armada, socia directora de Proyectos Lidera3.

La mayoría de las «start-ups» no supera el año de vida. Sin embargo, las que lo logran cuentan, a día de hoy, con útiles herramientas que las ayudan en su crecimiento. El «growth hacking» se han convertido en la actualidad en un aliado imprescindibles para desarrollar un negocio. Se trata de aplicar técnicas creativas que permitan atraer usuarios y, en el caso de España, hacerlo gastando lo menos posible o a coste cero. Los emprendedores también han descubierto el poder de las redes sociales y de contactos para dar a conocer sus proyectos. Mónica Armada apunta que las redes, además de hacer a la empresa visible, transmiten valores, por lo que es fundamental que el emprendedor trate de buscar socios y clientes con los que comparta inquietudes y con los tenga una cierta implicación emocional.

También ha variado la forma de obtener financiación. Paula Artal, socia M&Partners, Co-founder y gestora de SociosQ, cree que el principal error que han cometido los emprendores es que no tenían claro el inversor que necesitaban, algo que, poco a poco, está evolucionado. «No todos los inversores valen. Cada proyecto es diferente y cada socio también. Por ello, lo más importante es que el nuevo empresario se detenga y piense en qué necesita, para lo que es muy útil diseñar un perfil del inversor ideal, y conectar con él de forma constante», señala Artal.

Más inversión

Aunque aún tímidamente, la inversión en «start-ups» crece paulatinamente, pero lo hace sobre todo de la mano de inversores extranjeros. Según los datos del Informe de Actividad Capital Privado en España, elaborado por la Asociación Española de Capital Crecimiento e Inversión (Ascri), en 2015 se captaron 3.359 millones de euros como «nuevos fondos», de los cuales 1.725 millones fueron ampliación de fondos internacionales a sus inversiones; 1.481, por operadores nacionales privados, y el resto –153 millones–, por operadores nacionales públicos.

El volumen de inversión ascendió a 2.939 millones, que se repartieron entre 657 proyectos, lo que supone una reducción del 15,5% en relación al año anterior, pero un aumento de 23% si se tiene en cuenta el número de inversiones.

El tercer trimestre fue especialmente intenso, puesto que el 39% de las inversiones se concentraron en este periodo. Los fondos internacionales fueron responsables del 60% del volumen invertido en 97. Aunque el 76% de ellas fueron operaciones pequeñas, de menos de un millón de euros de capital, se cerraron cinco grande inversiones superiores a los 100 millones de euros. Los sectores que más volumen de inversión recibieron fueron informática (23,5%), medicina y salud (20,9%), y productos de consumo (18%).

Aunque España se ha subido tarde a carro de las «start-ups», lo cierto es que este mercado está creciendo rápidamente, con aumentos anuales por encima del 50%, según datos de Venture Watch. Sin embargo, a España aún le queda un largo camino por recorrer, sobre todo si se tiene en cuenta que la inversión en «start-ups» per cápita está en nuestro país en seis dólares, cifra muy modesta si se comparan con los 25 de Reino Unidos, los 145 de Estados Unidos, o las 371 de Israel.

«La mejor forma de innovar es vía ‘‘star- ups’’. En Estados Unidos, lo han entendido muy bien. Sin embargo, en Europa, aún estamos “a años luz’’, debido a que no se ha fomentado la inversión privada en este tipo de negocios. Los bancos y las subvenciones han ocupado este lugar, por lo que hay muchas menos inversiones en “capital semilla’’», concluye Jesús Fernández.

Hombre, de 34 años, e ingeniero

El perfil del empredendor en nuestro país es la de un hombre de unos 34 años, con formación univeristaria, y emprendedor recurrente, es decir, que ha montado más de un negocio. Y es que más de la mitad de ellos ha creado más de un «start-ups», según revela el Mapa de Emprendiemiento, elaborado pr South Summit.

El componente tecnológico y de innovavión que tienen las «start-up» es muy elevado, por lo que que la gran mayoría de los empresarios que ponen en marcha un nuevo proyecto, el 45%, tiene una formación relacionada con la Ingeniería. Además, los emprendedores son cada vez más ambiciosos. Y como muestra, un botón. El número de empresas que esperan facturar este año más de 150.000 euros se ha triplicado.

En cuanto a la radiografía de las «start-ups» que existen actualmente en nuestro país, la gran mayoría se encuentran en fase inicial de desarrollo. Tan sólo el 17% ha logrado avanzar a la siguiente fase, la conocida como «growth» (crecimiento). El 69% de las mismas son microempresas, ya que cuentan con entre dos y diez empleados.