Una treintena de subidas de impuestos para equilibrar las cuentas

Subir los impuestos no entraba en los planes de Rajoy cuando llegó al Palacio de La Moncloa. Pero la tozuda realidad de los números le hizo cambiar de opinión. Con el déficit disparado por encima del 10% del PIB, el Ejecutivo comenzó a subir impuestos y recortar gastos en busca del equilibrio. Unos incrementos que, según el Gobierno, son imprescindibles y factibles dado que el esfuerzo fiscal de los españoles era inferior al de otros europeos.

Subida del IRPF. Apenas un mes después de ganar las elecciones, en diciembre de 2011, el Ejecutivo aprobó un incremento de los tipos de carácter temporal que se prorrogará hasta 2015, un año más de lo inicialmente previsto. La subida es de un 0,75% para las bases inferiores a los 17.707,20 euros y llega hasta el 20% para las superiores a los 300.000 euros. En julio de 2012 las retenciones a las actividades profesionales aumentaron del 15% al 21%.

Aumento de los tipos del IVA. Dos veces ha modificado el Gobierno este impuesto indirecto que grava el consumo. La primera entró en vigor en septiembre del pasado año, cuando el tipo general subió del 18% al 21%; el tipo reducido del 8% al 10% y algunos productos de base imponible superreducida y reducida pasaron a la general, es decir, del 4% y del 8% al 21%. En abril también dio el visto bueno para el incremento del IVA en determinados productos sanitarios.

En 2009, José Luis Rodríguez Zapatero ya había aprobado un incremento del tipo general del 16% al 18%.

Cuatro cambios en impuestos especiales. Las tasas que gravan consumos específicos como el tabaco o el alcohol han sufrido cuatro subidas, la última en junio, que persigue mejorar su recaudación anual en 700 millones de euros. La primera se produjo a finales de 2011, cuando Hacienda redujo en dos puntos el tipo que depende del precio de venta y elevó el tipo vinculado al número de unidades de tabaco.

Rentas del ahorro. También en diciembre de 2011, el Gobierno creó un nuevo gravamen del 2% para rentas de hasta 6.000 euros, del 4% para las que lleguen hasta los 24.000 euros y del 6% para los rendimientos que excedan esta cantidad.

Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI). En diciembre de 2011 se aprobó una subida temporal para 2012 y 2013, prorrogada en 2014, del tipo impositivo del IBI para los inmuebles de más valor, el 50% del total, lo que se ha traducido en un aumento medio por inmueble de 36,7 euros. Además, en septiembre del pasado año se autorizó a los ayuntamientos a cargar el impuesto al patrimonio histórico artístico.

Impuesto de sociedades. En marzo de 2012, el Ejecutivo dio luz verde a la modificación de la estructura del impuesto de sociedades. Entre los cambios que recoge están el aumento del pago mínimo que tienen que hacer las grandes empresas al pagar el tributo de forma fraccionada, así como la limitación de la deducción de los gastos financieros y la restricción de los créditos fiscales, que son las pérdidas deducibles frente al fisco. También se modificó el tipo para actualizar el valor de los activos.

Deducción para comprar vivienda. Desde hace años, organismos internacionales como el FMI venían reclamando a España la supresión de la desgravación fiscal por la compra de vivienda. El Ejecutivo accedió a la misma tras la insistencia de Bruselas en este punto con motivo del rescate bancario. Así, desde enero la compra de vivienda habitual ya no está fiscalmente bonificada. Además, el tipo de IVA para la adquisición de vivienda de obra nueva se ha incrementado del 4% al 10%.

Impuesto sobre depósitos bancarios. El Ejecutivo aprobó en abril un impuesto para gravar a las entidades financieras en función de su pasivo, con el que espera recaudar entre 250 y 300 millones de euros.

Los premios de lotería ya tributan. Exentos hasta ahora de tributar salvo para los rendimientos sucesivos, los premios superiores a los 2.500 euros ganados están sujetos desde enero a un gravamen del 20%.

Impuestos medioambientales. Para frenar la hemorragia del déficit de tarifa, el Gobierno aprobó en septiembre una serie de impuestos para las empresas del sector energético que incluye uno general del 6% para las tecnológicas y un impuesto especial al gas natural.