La lucha interna en Vox, menos ideológica de lo que se vende y más dirigida hacia las cuotas de poder, ha puesto en la picota a uno de sus últimos fichajes meteóricos: el de Ignacio Hoces. Desde que saltara a la luz al sustituir a Víctor Sánchez del Real, Hoces no deja de ganar parcelas y en el partido –y no digamos fuera– nadie sabe de dónde ha salido, salvo que llegó de la mano de Jorge Buxadé al grupo parlamentario y que cuenta con el plácet de quienes susurran a Santiago Abascal.