Hollande, el corredor de fondo del socialismo francés

Tras más de treinta años como militante del Partido Socialista francés, Fraçois Hollande (57 años) conoce como nadie los entresijos del PS. Huyendo de viejas guerras intestinas, ha sabido mantenerse en el centro para desde allí poder ganar las elecciones primarias y alzarse con la candidatura socialista sin el apoyo de los "elefantes"del partido. En caso vencer las presidenciales la próxima primavera, será un "presidente normal", apunta para diferenciarse del "hiperactivo presidente"Nicolas Sarkozy. Ganador de las primarias con un 56% de los votos, ha adoptado un perfil sereno más propio de un estadista que de un candidato. Precisamente, es eso lo que buscan los franceses, un hombre fiable, decente y previsible, en las antípodas del actual inquilino del Palacio del Elíseo.

Acompañado por su rival, Martine Aubry, con la que lleva años enfrentado, Hollande aseguró a los miles de simpatizantes congregados anoche en la sede del partido, en la parisina Rue Solferino, que sabía el reto que afrontaba. "Soy consciente de la tarea que me espera. Es dura, es seria, tengo que estar a la altura de las esperanzas de los franceses, que ya no pueden más con la política de Sarkozy".

Economista y alumno de la elitista Escuela Nacional de la Administración (ENA), nunca ha ocupado un cargo ministerial, como no se cansó de recordarle Martine Aubry en los debates televisivos. Hollande ha sido un corredor de fondo de la política francesa que ha permanecido siempre en un discreto segundo plano. El perfecto burócrata. En los ochenta, bajo el mandato de François Mitterrand, fue jefe de gabinete de varios portavoces del Gobierno. Más tarde, en 1997, cuando los socialistas ganaron las legislativas y Lionel Jospin fue nombrado primer ministro, Hollande asumió el liderazgo del partido.

En 2007, el primer secretario socialista volvió a aparcar sus aspiraciones al Elíseo a favor de su pareja, Ségolène Royal, con la que tiene cuatro hijos. La derrota de "Ségo"frente a Sarkozy, sin embargo, supuso también el fin de casi treinta años de relación. En 2008, renunció a renovar como líder del partido y se mantuvo dos años alejado de la vida política, dedicado a recorrer Francia para tomar el pulso al país y conocer las inquietudes de la gente.

Diputado y presidente del Consejo Regional de Corréze, anunció oficialmente su candidatura a las primarias el 31 de marzo. Tras la caída en desgracia de Dominique Strauss-Kahn, Hollande pasó, sin apenas darse cuenta, a ser el aspirante preferido entre los militantes y los franceses. Una reciente encuesta muestra que se impondría por once puntos a Sarkozy en la primera vuelta, prevista para el próximo 22 de mayo.

Como indicio de su prometedor futuro, su actual pareja, la periodista Valérie Trierweiler, habría sido espiada por la Policía, según "L'express". Incluso el ex presidente conservador Jacques Chirac, acérrimo enemigo de Sarkozy, llegó a decir (quién sabe si en broma o en serio) que votaría al ex líder socialista si era cancidato al Elíseo. Por ahora, Hollande promete trabajar para que los socialistas ganen sus primeras elecciones presidenciales desde 1988: "Esta noche he recibido un mensaje y es el de salvar a la izquierda, una misión a la que voy a dedicar toda mi energía".

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