El Euroblog
La inmerecida debacle de Royal
No se lo merecía. Ségolène Royal, la musa socialista que hizo soñar en 2007 a la izquierda con regresar al poder y colocar por primera vez a una mujer al frente de la República, fracasó estrepitosamente en su intento de alzarse por segunda vez con la candidata presidencial de su partido. Su discurso, una mezcla entre democracia participativa y giro al centro, no caló entre un electorado que prefirió centrar su apoyo en los dos candidatos con mayores posibilidades de derrotar a Nicolas Sarkozy en las urnas, François Hollande y Martine Aubry.
Incluso su antiguo portavoz, el izquierdista y antimundialista Arnaud Montebourg, la superó, con el 17% de los votos. Otro antiguo "roryalista", Manuel Valls, por poco también la adelanta. Lejos quedan esos 17 millones de franceses que votaron por Ségolène en las presidenciales de mayo de 2007. Luchadora política infatigable, la presidenta de Poitou-Charantes, inció una carrera de fondo para volver a encabezar el cartel socialista en 2012. Primero intentó sin éxito hacerse con las riendas de su partido, que prácticamente la había abandonado durante la campaña electoral. Pensó que si controloba el aparato, tendría más fácil ganar las elecciones. Pero su batalla contra Aubry, que se impuso como secretaria general del PS por sólo 102 votos, contribuyó a aumentar la fractura interna socialista.
Royal apenas pudo contener la lágrimas al comentar su escualidado resultado (7% y 185.000 votos) el pasado domingo. "Con lo que he trabajado", se lamentaba. Después tuvo que sobreponerse a la decepción y decidir una consigna de voto para la segunda vuelta. Los hechos obligaban a la ex ministra de Medio Ambiente a elegir entre lo malo o lo peor, entre quien la traicionó política y sentimentalmente en 2007 (Hollande) o quien le "robó"el timón del PS en 2008 (Aubry). Al final "Ségo"se ha decantado por apoyar al padre de sus cuatro hijos porque "lideró la primera vuelta y es legítimo amplificar esa diferencia".
En opinión de la presidenta regional, "las soluciones nuevas que defiendo serán tenidas en cuenta en su programa: reforma bancaria, lucha contra los despidos bursátiles, moralización de la vida política y mutación ecológica de la economía". Habrá que esperar al domingo para comprobar si estos motivos son suficientes para sus simpatizanes o si éstos prefieren abstenerse.
A sus 58, sin embargo, Royal sique siendo un poderoso activo para los socialistas franceses, especialmente entre el voto femenino y de provincias. Si, como anticipan las encuestas, la izquierda regresa al poder en primavera, Ségolène merecería ocupar un destacado puesto del próximo Gobierno, demostrando así que las noticias sobre su muerte política son prematuras.
pgarcia@larazon.es
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