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«El Hobbit», en la tierra prometida
En la lejana Tierra Media, 60 años antes de que Frodo recibiera el anillo, se sitúa «El Hobbit», primera entrega de una trilogía que puede hacer, otra vez, de Peter Jackson el dueño de la taquilla
Hay personas privilegiadas que pueden presumir de haber vivido una experiencia única, de esas que pasan tan sólo una vez en la vida. Y hay personas, como Peter Jackson, que dicen haber vivido no sólo una, sino «dos experiencias mágicas que le han cambiado para siempre». Claro que su caso es algo excepcional porque no se refiere al mundo que conocemos el resto de los mortales, sino a la Tierra Media, un universo fantástico creado por J.R.R. Tolkien al que el realizador y todo su amplio equipo se han trasladado una vez más para obrar el milagro. «El Hobbit, un viaje inesperado», una de las películas que más expectación ha creado en la historia de Hollywood, llega hoy al fin a 25.000 pantallas de todo el mundo.
Revolucionar el planeta
Tolkien planteó esta aventura antes de embarcarse en su segundo gran éxito, «El Señor de los anillos». Jackson ha hecho el mismo viaje, pero en sentido opuesto. Diez años después de la trilogía de Gollum y su tropa –la última entrega ganó 11 Oscar, incluida Mejor Película, Director y Guión–, el director vuelve a la carga con esta precuela, la primera entrega de otra trilogía que promete revolucionar, otra vez, el planeta. «He vuelto a vivir una de esas experiencias únicas e irrepetibles», señaló en Londres durante la presentación de la cinta.
Aunque el realizador estuvo involucrado desde el principio en el proyecto, no fue hasta última hora cuando se decidió que fuera él quien volviera a dirigir al equipo. En un principio se pensó en Guillermo del Toro, que se llegó a trasladar con toda su familia a Nueva Zelanda, donde se ha rodado la película. Sin embargo, debido a los constantes retrasos provocados por los problemas financieros de la productora Metro Goldwyn Mayer, el mexicano tiró la toalla en 2010, asegurando que se trataba de la «decisión más dura de su vida». Con todo, siguió trabajando con el guión. Cuando Jackson aceptó la gran responsabilidad que se le venía encima sabía que sólo algo realmente grande podría superar su obra maestra. Así que no se lo pensó dos veces y decidió ser el primero en rodar 48 fotogramas por segundo (fps): «Es como abrir un agujero tras la pantalla para que el espectador la atraviese y mire un mundo real. Aumentar los cuadros por segundo revoluciona la realidad», recalcó. La velocidad duplica los habituales 24 fps marcados en 1920 por lo que, combinado con la tecnología 3D, la experiencia es increíble.
Según el director, la variedad de dispositivos reproductores que existe en la actualidad, desde ordenadores y tabletas a smartphones, ha hecho mucho más complicado atraer al público a una sala, por lo que había que ofrecer un plus para conseguir algo realmente espectacular: «No quiero que los niños vean ''El Hobbit'' en un iPad, quiero darles razones de peso para que vayan a la sala de cine», insistió. La nueva técnica trae consigo la polémica, ya que un rotativo neozelandés publicó que varias de las personas del reducido grupo que pudo ver la cinta en este país la semana pasada salieron con mareos y vómitos debido a que tales niveles de agudeza visual resultan «desconcertantes». La batalla de los fotogramas parece que no ha hecho más que empezar, ya que otro de los directores más influyentes de la meca del cine, James Cameron, ha declarado que está pensando pasar de 48 a 60 fotogramas por segundo en «Avatar 2». Por otra parte, Jackson justificó los cambios realizados en la película respecto al libro original explicando que ha buscado contar mejor la historia y valerse de material de Tolkien no utilizado en el cine: «Había material en los libros de ''El Señor de los Anillos'' que Tolkien pensaba utilizar para una versión expandida de El Hobbit», explicó.
La primera entrega de esta nueva trilogía cuenta la historia que tuvo lugar en la Tierra Media, sesenta años antes de que comenzara la trama de «El señor de los anillos». Bilbo Baggins (interpretado por Martin Freeman) se embarca en un viaje épico para reclamar al Dragón Smaug el reino de Erebor. Acompañado por 13 Dwarves, liderados por Thorin Oakenshield (al que da vida Richard Armitage) y ayudado por la magia de Gandalf (el veterano Ian McKellen), el Hobbit se enfrentará con bestias de otros mundos y conocerá a la criatura que cambiará su vida para siempre... Gollum, del que obtendrá más que un anillo, un «tesoro preciado».
Vulnerable y fuerte
Philippa Boyens, guionista y productora, aseguró que desde el principio todos pensaban que Martin era la única persona que podía dar vida al Hobbit porque «posee ese don para ser vulnerable, fiel incondicional y fuerte al mismo tiempo». Ante tanto halago, el actor sólo pudo responder que estaba «encantado y sumamente agradecido. Tiene mucho trabajo, mucho esfuerzo, tiempo y amor. Es un filme precioso», apuntó. «Ah, aunque mi cara se ve así de grande por toda la tecnología... no hay truco, tengo una cabeza bastante grande», bromeó.
De Richard Armitage, el director resaltó que era «uno de los pocos actores que atrae atención en su quietud». Subrayó su capacidad para transmitir el «sentido de la nobleza» y a la vez el conflicto interno que vive su personaje, que junto con el encarnado por Freeman son «el corazón y el alma de la película». Ian McKellen –quien acaba de anunciar que desde hace siete años padece cáncer de próstata, aunque controlado– reconoció que llegó a llorar durante el rodaje. El actor septuagenario, que durante toda su vida ha interpretado a grandes personajes en los teatros del West End, explicó lo difícil que le resultó cuando el director le dijo que tenía que filmar él solo la escena en la que habla con los 13 Dwarves. «Aparezco casi como un gigante comparado con ellos, que tienen apariencia de enanos. Debido a la diferencia de estatura que se tenía que plasmar en la película grabaron por un lado y yo por otro. Jackson me dijo: "Extiende tus habilidades técnicas hasta límites insospechados''. Y lloré, en realidad lloré. Aunque lo impresionante vino después, cuando, como por arte de magia, aparecemos todos juntos en la pantalla. Es increíble lo que puede conseguir la tecnología», comentó.
El buen ambiente que se respiraba entre el equipo se podía percibir en cada gesto de complicidad que compartían entre ellos. Confesaron, se sienten como una gran compañía de teatro, «de esas antiguas que tenían que convivir durante meses deambulando de aquí para allá». Muy pronto, la gran familia tendrá que volver a Nueva Zelanda para empezar a rodar las siguientes entregas de la trilogía. «The Hobbit: The Desolation of Smaug» (la desolación de Smaug) y «The Hobbit: There and Back Again» (allá y otra vez de regreso) tienen fechas de estreno previstas para diciembre de 2013 y julio de 2014, respectivamente.
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