Represión en Venezuela

Iglesias: prohibido hablar de Venezuela

Elude valorar los documentos de la asamblea venezolana que acreditarían el pago de 7 millones de Chávez a la fundación Ceps

Garzón enseña un mensaje de móvil a Iglesias durante un acto ayer en Barcelona
Garzón enseña un mensaje de móvil a Iglesias durante un acto ayer en Barcelonalarazon

Elude valorar los documentos de la asamblea venezolana que acreditarían el pago de 7 millones de Chávez a la fundación Ceps

Si alguien Podemos pensaba que, una vez finalizado el viaje de Rivera a Caracas, la cuetión venezolana iba a desaparecer de la campaña del 26-J el día de ayer supuso un duro despertar a la realidad al confirmar todo lo contrario: la apertura de una investigación oficial por parte de la Comisión Permanente de Contraloría de la Asamblea Nacional centró mediáticamente un día en el que según el guión del partido morado, la atención debería haber estado centrada en los mitines de Iglesias y Errejón -en Alicante y Madrid, respectivamente- y en el nuevo vídeo electoral con el que Podemos intentó contrarrestar el argumento socialista de que solo piensan «en los sillone».

«Falso de toda falsedad». Así de tajante se mostró, por enésima vez, Carolina Bescansa cuando fue preguntada sobre los más de siete millones de euros con los que el régimen chavista financio la Fundación CEPS, la organización a partir de la cual surgió Podemos que tuvo en nómina a Iglesias, Errejón, Monedero, Abril y buena parte de los portavoces y líderes del partido morado. Para Bescansa, visiblemente molesta por la pregunta que se le lanzó al respecto en una entrevista en televisión durante la mañana de ayer, todo es una «instrumentalización de algo que está pasando a muchos kilómetros de aqui» con la intención de manchar su campaña y distorsionar el mensaje que el partido está intentando durante estos días que cale en el conjunto de la sociedad española. «Ya es hora de que el que tenga algo que denunciar vaya al juzgado porque le van a decir lo mismo que le dijeron a los cinco que fueron antes. El Tribunal Supremo le va a decir: aqui no hay nada».

Lo cierto es que, técnicamente, Carolina Bescansa tiene razón. El artículo 7.2 de la Ley de Partidos establece que estos no pueden recibir «ninguna forma de financiación por parte de Gobiernos y organismos, entidades o empresas públicas extranjeras o de empresas relacionadas directa o indirectamente con los mismos». Y está fuera de toda duda de que Podemos como tal recibiera fondos de Caracas entre 2003 y 2011 por la sencilla razón de que no existía en aquel entonces y sólo se dio de alta en el registro de partidos del Ministerio del Interior en febrero de 2014, cuando se aproximaban las europeas de aquel año, los primeros comicios a los que se presentó Pablo Iglesias. Dicho esto, parece fuera de toda duda que Chávez propició la aparición en España de un grupo de profesores e intelectuales eficazmente organizados en una maniobra de exportación del socialismo bolivariano análoga a la intentada en otros países como Brasil y Bolivia. La lista de personas que desempeñaron asesorías para el gobierno venezolano a través de CEPS y la de los fundadores y portavoces de Podemos hace sospechar que aunque dos entidades organicamente distintas, se trata en realidad del mismo grupo humano e intelectual.

«Es realmente agotador que sigamos intentando resolver la campaña electoral en España a traves de estos ataque», dijo Bescansa, que fue la encargada de asumir el poco grato papel de hacer pública la reacción de Podemos al último movimiento de Caracas, ya que Pablo Iglesias e Iñigo Errejón no se pronunciaron sobre el espinoso aunto en los actos electorales de ayer.

La investigación de la Asamblea Nacional de Venezuela se centran en más de siete millones de euros que el chavismo habría invertido en procurarse asesorías, programas de formación y apoyo técnico político y de comunicación que habría corrido a cargo de Pablo Iglesias, Juan Carlos Monedero y Jorge Vestrynge; personas calificadas por la documentación interna del chavismo como «aliados naturales de la Revolución Bolivariana».